TOKIO.-  Un ciudadano nipón que fue condenado a muerte falleció en un centro hospitalario de la capital nipona.

Se trata de Iwamori Minoru (76) quien desde principios de mes había sido internado por una arritmia cardíaca. Estuvo nueve años en el «corredor de la muerte» a la espera de ser ejecutado.

Un tribunal lo condenó a la pena de shikei al hallarlo responsable del asesinato de Tabata Takeshi (69) y su esposa Fukiko (67)  ocurrido en 2007 en la ciudad de Honjo en la prefectura de Saitama para robarles 10.000 yenes en efectivo.

Un año después, la Corte del Distrito lo condenó a cadena perpetua porque consideró que los asesinatos no fueron premeditados.

En marzo de 2009, la Corte Superior revertió el fallo y lo condenó a muerte. El juez Wakahara Masaki tomó la decisión porque el acusado nunca mostró arrepentimiento de sus actos.

En 2012, la Corte Suprema rechazó la apelación presentada por Iwamori a la pena capital que recibió por asesinato y robo.

Falleció en la medianoche del último sábado por paro cardíaco.

EL DATO

Actualmente hay 110 condenados a muerte que esperan ser ejecutados en Japón. No saben la fecha y solo se enteran minutos antes de ser enviados a la horca.

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