TOKIO.- Un raro ejemplar de Melanocetus johnsonii, conocido popularmente como diablo negro (black seadevil en inglés), fue filmado recientemente en aguas cercanas a Tenerife, España, marcando un hito en la biología marina.

Este es apenas el segundo registro en video de esta especie en estado salvaje, tras el primer avistamiento documentado en 2014.


Un visitante de las profundidades en aguas superficiales


El diablo negro es un pez abisal que habita a más de 1.000 metros de profundidad, en completa oscuridad y bajo presiones extremas.

Su presencia en aguas relativamente someras, a pocos metros de la superficie, representa un fenómeno inusual que podría aportar nueva información sobre su comportamiento y las condiciones de su ecosistema.

El avistamiento ocurrió a plena luz del día en la costa del municipio de Guía de Isora, en Tenerife, a unos dos kilómetros de la orilla.

Las imágenes fueron compartidas por Condrik Tenerife, una entidad especializada en la conservación de tiburones y rayas en Canarias, generando gran interés en la comunidad científica y entre los aficionados a la vida marina.


Un pez «monstruoso» y depredador letal


El Melanocetus johnsonii es fácilmente reconocible por su aspecto aterrador: un cuerpo redondeado y gelatinoso, piel negra, dientes afilados y una estructura luminiscente en su cabeza que funciona como señuelo para atraer a sus presas en la oscuridad del océano profundo.

Su método de caza, basado en el engaño y el camuflaje, lo convierte en uno de los depredadores más eficientes de las profundidades.

Este pez también es famoso en la cultura popular gracias a su aparición en la película animada Buscando a Nemo (2003), donde se muestra como una de las criaturas más temidas del océano.


¿Por qué este avistamiento es importante?


El hallazgo ha despertado el interés de biólogos marinos, ya que el diablo negro es una especie extremadamente difícil de estudiar debido a su hábitat inaccesible.

Entre las hipótesis sobre su presencia en aguas menos profundas se encuentran:

  • Cambio en las corrientes oceánicas: podrían haber alterado temporalmente su ubicación.
  • Factores climáticos y oceanográficos: como el calentamiento del agua o cambios en la disponibilidad de alimento.
  • Condiciones de salud del ejemplar: una enfermedad o debilidad podría haberlo llevado a emerger.

Los científicos analizarán las imágenes para tratar de entender mejor el comportamiento de esta criatura y su posible relación con cambios ambientales en el océano Atlántico.


Un hallazgo que desafía lo que sabemos del océano


El video del diablo negro en Tenerife es una oportunidad única para ampliar nuestro conocimiento sobre la biodiversidad marina y los misterios del océano profundo.

El hecho de que una especie tan esquiva haya sido vista en aguas relativamente accesibles sugiere que aún hay mucho por descubrir sobre la dinámica de la vida en las profundidades marinas.

Este avistamiento recuerda la importancia de la conservación de los ecosistemas marinos y el estudio de especies poco conocidas, muchas de las cuales podrían verse afectadas por el cambio climático y la actividad humana en el océano.

 



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