WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acaba de dar un giro inesperado en su política comercial.
El 9 de abril anunció unos nuevos aranceles recíprocos (impuestos extra a productos extranjeros que entren a EE. UU.).
Sin embargo, sólo 13 horas después, decidió suspender parte de ellos durante 90 días.
¿Qué es un arancel recíproco?
Un arancel recíproco significa que si un país pone impuestos altos a los productos de EE. UU., entonces EE. UU. hará lo mismo con los productos de ese país. La idea es presionar para que las condiciones comerciales sean “justas” desde el punto de vista estadounidense.
¿Qué cambió Trump exactamente?
1.Suspensión por 90 días: Trump anunció que algunos de los aranceles recíprocos que iban a empezar de inmediato se pausarán por 3 meses.
2.Mantiene el 10% global: El arancel general del 10% a productos de todo el mundo sí se mantiene.
3.Castigo extra a China: A China le subió aún más el impuesto: del 84% al 125%, aplicándolo de inmediato como castigo por su decisión de responder con sus propios aranceles.
¿Por qué cambió de opinión tan rápido?
Aunque Trump había dicho muchas veces que no cambiaría de idea, el anuncio de los aranceles provocó una caída fuerte en las bolsas de valores del mundo, lo que asustó a los inversionistas y generó temores de una recesión global.
Ante este panorama, Trump reculó (cambió de idea) diciendo que:
“La gente está reaccionando de forma exagerada. Hay que ser flexibles.”
¿Y Japón qué tiene que ver en todo esto?
Japón se ve directamente afectado por estas decisiones, por varias razones:
1. El tema de los autos:
Trump ha criticado muchas veces a Japón porque los autos estadounidenses no se venden bien en Japón. Según él, es por “barreras no arancelarias”, como regulaciones japonesas que dificultan la venta.
Pero en Japón se dice que eso no es cierto:
Los autos americanos no se venden porque consumen mucha gasolina y no se adaptan a las calles japonesas.
Si se llegaran a aplicar aranceles del 25% a los autos japoneses, eso golpearía fuertemente a la economía japonesa, ya que la industria automotriz es clave en sus exportaciones a EE. UU.
2. Japón está entre los países que quieren negociar:
El secretario del Tesoro estadounidense dijo que más de 75 países han pedido negociar con EE. UU.
Y mencionó que Japón está al frente de esa fila, lo que muestra que Japón busca evitar que los aranceles afecten su economía.
3. Incertidumbre para empresas japonesas:
El vaivén (los cambios bruscos) en la política comercial de Trump genera mucha inseguridad para las empresas japonesas que exportan a EE. UU., y podría afectar las decisiones de inversión y producción.
¿Qué sigue ahora?
•EE. UU. quiere usar estos 90 días para negociar con los países interesados.
•Japón, al estar “en primera fila”, tendrá que defender sus intereses, sobre todo en el área automotriz.
•Mientras tanto, se mantiene la tensión con China, y el riesgo de que aumente la guerra comercial.
En síntesis
Imagina que EE. UU. es como un cliente muy grande y poderoso que decide subir los precios de los productos que compra a sus proveedores si siente que no lo tratan bien. Japón, como uno de esos proveedores importantes (sobre todo de autos), ahora tiene que sentarse a negociar rápido para que ese cliente no deje de comprarle o no le cobre un impuesto altísimo.
Esta situación es un juego de presiones económicas, pero también de orgullo nacional, y afecta no solo a las grandes empresas, sino también a trabajadores comunes que podrían sufrir si bajan las exportaciones.
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