ROMA.- El Papa Francisco, de 88 años, sigue hospitalizado debido a una neumonía, pero su estado de salud ha empeorado, según informó el Vaticano el 22 de febrero.
La situación es preocupante, y los médicos han señalado que no se puede ser optimista sobre su recuperación.
¿Qué problemas de salud enfrenta el Papa?
Desde principios de febrero, el Papa ha tenido dificultades para respirar, similares a los síntomas del asma. El 14 de febrero fue ingresado en un hospital en Roma, donde se le diagnosticó neumonía.
Además de sus problemas respiratorios, los médicos han detectado una disminución en su número de plaquetas, lo que podría afectar su capacidad de coagulación y aumentar el riesgo de hemorragias.
Debido a esto, ha sido necesario realizarle una transfusión de sangre.
¿Qué dijeron los médicos?
Hasta el 21 de febrero, los médicos aseguraban que su vida no corría peligro inmediato, pero reconocieron que su estado de salud seguía siendo inestable. Ahora, con el deterioro de su condición, la preocupación ha aumentado.
Contexto y antecedentes
El Papa Francisco ha enfrentado varios problemas de salud en los últimos años. En 2021, fue sometido a una cirugía intestinal, y en 2023 tuvo otra hospitalización por una infección respiratoria.
El pontífice argentino, quien visitó Japón en 2019, ya había enfrentado una situación similar en su juventud.
En 1957, cuando tenía poco más de 20 años, una grave infección respiratoria obligó a los médicos a extirparle el lóbulo superior de su pulmón derecho, marcando un antecedente de su actual estado de salud.
A pesar de estos problemas, ha seguido con su agenda, aunque con algunas limitaciones físicas.
¿Qué podría pasar ahora?
Si la salud del Papa sigue empeorando, podría ser necesario tomar decisiones importantes dentro del Vaticano. En casos extremos, cuando un Papa no puede seguir ejerciendo sus funciones debido a su estado de salud, existe la posibilidad de que renuncie, como ocurrió con el Papa Benedicto XVI en 2013.
La comunidad católica y el mundo entero siguen atentos a la evolución de su estado de salud, mientras el Vaticano monitorea la situación de cerca.
Histórica visita a Japón
El papa Francisco visitó Japón del 23 al 26 de noviembre de 2019, marcando la primera visita de un pontífice al país en casi 40 años, desde la llegada de Juan Pablo II en 1981.
Su viaje estuvo centrado en el lema “Proteger toda vida”, un mensaje que resaltó la importancia de la paz, el desarme nuclear y la dignidad humana.
Durante su estadía, recorrió tres ciudades clave:
•Nagasaki e Hiroshima (24 de noviembre): En estos lugares, que sufrieron los bombardeos atómicos de 1945, el papa lanzó un fuerte llamado contra las armas nucleares.
En Nagasaki visitó el Monumento a los Mártires Cristianos, recordando la historia de la persecución religiosa en Japón. Luego, en Hiroshima, participó en un evento de paz en el Parque Conmemorativo de la Paz, donde abogó por un mundo libre de armamento nuclear.
•Tokio (25 de noviembre): Se reunió con el emperador Naruhito y el entonces primer ministro Abe Shinzō.
También tuvo un encuentro con jóvenes, donde habló sobre los desafíos de la sociedad moderna, y celebró una multitudinaria misa en el Tokyo Dome, un evento significativo en un país donde los católicos representan menos del 0.5% de la población.
Este viaje fue particularmente simbólico no solo por la minoría católica en Japón, sino también por la conexión personal del papa Francisco con el país. Cuando era joven, soñó con ser misionero en Japón, pero problemas de salud se lo impidieron.
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