TOKIO.- Un hombre de 48 años, identificado como Kamoshida Shinya (鴨志田真也), fue arrestado por la policía tras ser acusado de robar dos consolas Nintendo Switch y seis juegos a un grupo de niños en un parque de Tsurumi, Yokohama, en diciembre del año pasado.
Detalles del robo:
- Escenario: Un parque en Yokohama, donde dos niños, incluyendo un niño de 4º grado de primaria, estaban jugando al «鬼ごっこ» (un juego similar a las atrapadas o el escondite).
- Modus operandi: Mientras los niños jugaban, Kamoshida aprovechó que habían dejado sus consolas y juegos sobre una banca para robarlos sin ser visto.
- Venta inmediata: Apenas 30 minutos después del robo, el hombre vendió una de las consolas en una tienda de compra-venta de artículos usados, obteniendo varios miles de yenes (se estima que la venta alcanzó decenas de miles de yenes, es decir, varios cientos de dólares).
Declaraciones del sospechoso:
Durante su interrogatorio, Kamoshida admitió los cargos y ofreció una explicación poco usual:
«Quería probar si las consolas de videojuegos recientes se podían vender en tiendas de segunda mano.»
Este comentario sugiere que el robo no fue únicamente motivado por necesidad económica, sino también por curiosidad sobre la posibilidad de revender productos tecnológicos.
Contexto y análisis
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Auge del mercado de segunda mano en Japón
En los últimos años, Japón ha experimentado un boom en la compra y venta de productos usados, especialmente consolas y videojuegos, debido a su alta demanda y la dificultad para encontrar ciertos modelos en tiendas convencionales. Tiendas como Book-Off, Hard-Off y GEO compran estos productos en efectivo y los revenden, lo que incentiva a algunos criminales a robar dispositivos electrónicos fácilmente revendibles. -
Nintendo Switch: Un objetivo fácil para los ladrones
La Nintendo Switch sigue siendo una de las consolas más populares en Japón, con precios que oscilan entre los 30,000 y 45,000 yenes (200-300 USD) en su versión estándar. Esto la convierte en un blanco atractivo para robos en espacios públicos, donde los niños suelen llevarlas y dejarlas sin supervisión mientras juegan. -
Criminalidad en parques públicos
Aunque Japón es conocido por su baja tasa de criminalidad, los robos menores en parques y espacios abiertos no son raros, especialmente cuando se trata de artículos valiosos dejados sin vigilancia. En algunos casos, estos delitos derivan en penas de prisión o multas, dependiendo del valor de los objetos robados.
Posibles consecuencias legales
En Japón, el robo es un delito grave, y dependiendo del contexto, Kamoshida podría enfrentar:
- Hasta 10 años de prisión (según el Código Penal japonés, Artículo 235).
- Multa económica basada en el valor del robo.
- Registro criminal, lo que podría afectar su futuro laboral y social.
Conclusión
Este caso refleja una combinación de oportunismo, curiosidad y el atractivo del mercado de segunda mano como posibles motivaciones detrás del delito.
También sirve como advertencia para los padres y cuidadores de niños, quienes deben estar atentos a sus pertenencias en espacios públicos.
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