Dina Boluarte se sube el sueldo al doble en medio del peor momento de su presidencia


📍Lima | 4 de Julio de 2025


En un país que atraviesa una de sus etapas más desconectadas entre gobernantes y gobernados, la presidenta de Perú, Dina Boluarte, ha tomado una decisión que ha provocado una nueva ola de indignación ciudadana: duplicarse el sueldo.


Según informó el gobierno, el salario presidencial pasará de alrededor de 5.000 a 10.000 dólares mensuales, bajo el argumento de “equipararlo con los estándares regionales” en América Latina.

La noticia cayó como una bomba en la opinión pública, especialmente porque la propia presidencia había negado en mayo que existiera tal plan de aumento.

Y es que Boluarte no se encuentra en un buen momento: su aprobación ciudadana ronda el 2%, una cifra casi simbólica. Para muchos, es una presidenta sin pueblo.


📉 Un país sin fe en su líder



Desde que asumió el poder en diciembre de 2022 —tras la caída del entonces presidente Pedro Castillo— Dina Boluarte ha enfrentado una sucesión casi ininterrumpida de crisis: protestas masivas, represión estatal, denuncias fiscales, escándalos de ética pública y un aumento significativo de la violencia por parte del crimen organizado.

Perú se ha convertido en un país cansado, polarizado, golpeado por la desilusión y la desconfianza. En ese contexto, el anuncio de que su presidenta —la misma que apenas habla en público y que arrastra más de una decena de investigaciones fiscales— ahora ganará el doble, se siente como una bofetada.


🕰️ El “Rolexgate” y las joyas no declaradas


Uno de los casos más sonados que afecta a Boluarte es el llamado “Rolexgate”: una investigación abierta por presunto enriquecimiento ilícito al descubrirse que había recibido relojes Rolex, joyas y otras piezas de alto valor sin declararlas ante el fisco, como exige la ley. El caso generó tal escándalo que muchas portadas la mostraron como una líder más preocupada por su imagen personal que por las urgencias de la nación.

La fiscalía ha abierto 12 investigaciones distintas contra ella por posibles delitos de corrupción, omisión de información patrimonial, abuso de poder y otros. Si bien aún no se han formulado cargos formales, el ambiente político está cargado y la ciudadanía ha perdido casi por completo la confianza en su gobierno.


🎙️ Las críticas no se hicieron esperar


Economistas, exministros y ciudadanos comunes han calificado el anuncio como un “error político garrafal”.

El reputado economista Jorge González Izquierdo, entrevistado por la televisión local N, no escatimó palabras:

“Con una aprobación de apenas 2%, anunciar un aumento de sueldo presidencial es un insulto. Es, literalmente, el peor momento posible para una decisión como esta”.

Por su parte, el exministro de Economía Luis Miguel Castilla afirmó que esto “solo fortalece la percepción de frivolidad y falta de autocrítica en el entorno de Boluarte”.

La presidenta, hasta el momento, no ha ofrecido declaraciones públicas para explicar o defender esta decisión.


📊 ¿Cuánto ganan los presidentes en la región?


Según el gobierno peruano, antes del aumento, Boluarte ocupaba la penúltima posición en la tabla salarial presidencial de América Latina, solo por encima de Bolivia. Pero muchos peruanos se preguntan:

¿De qué sirve compararse con otros países si aquí el pueblo no ve resultados?

Porque el verdadero problema no es solo el monto, sino la desconexión absoluta entre el gobierno y las necesidades reales de la gente. Perú es un país donde la mitad de los trabajadores viven en la informalidad, la inseguridad crece, y la confianza en las instituciones es mínima.


🎯 Una presidenta sin rumbo


Dina Boluarte llegó al poder casi por accidente, como parte de la línea sucesoria tras la destitución de su predecesor. Desde entonces, no ha logrado articular un proyecto político claro, ni generar vínculos sólidos con partidos, regiones o sectores populares. Sus apariciones públicas son escasas, y sus discursos, vacíos de contenido emocional o visión de país.

La promesa de “estabilidad institucional” con la que justificó su permanencia en el cargo ha quedado desdibujada. Lo que queda, para muchos, es una figura aislada, sin liderazgo y ahora, con un salario que simboliza el divorcio entre el poder y la realidad.


🧭 Conclusión: cuando el poder se vuelve ciego


El aumento de sueldo de Dina Boluarte no es solo un dato administrativo: es un símbolo del desprecio por el sentido común y la empatía ciudadana. Mientras el Perú atraviesa una etapa difícil, su presidenta no solo parece ajena, sino también insensible.

Y aunque el gobierno insista en que “otros presidentes ganan más”, lo cierto es que ninguno de esos otros tiene 12 investigaciones abiertas, 2% de apoyo popular, y un país que pide a gritos un cambio de rumbo.

 

ANEXO


🇯🇵 🇵🇪 Comparación con salario del primer ministro Ishiba Shigeru 


🧭 ¿Qué significa esta comparación?

  1. Boluarte gana casi lo mismo que Ishiba, pese a diferencias abismales en contexto político y económico.
    A pesar de que Japón es una de las economías más desarrolladas del mundo, su primer ministro gana solo un 40% más que Boluarte. Sin embargo, Ishiba lidera una economía 45 veces más grande, con un sistema de salud, educación e infraestructura mucho más robusto.
  2. La subida de Boluarte no tiene justificación institucional.
    En Japón, los sueldos del gabinete se rigen por la Ley de remuneración de funcionarios especiales y apenas han cambiado en la última década. Cualquier cambio debe pasar por la Dieta (Parlamento), con debate público. En Perú, en cambio, el aumento fue decidido por decreto y en medio de una fuerte crisis de legitimidad.
  3. En Japón, el liderazgo implica responsabilidad, no privilegio.
    Ishiba, aunque también enfrenta críticas y desafíos políticos, no tiene escándalos personales activos ni investigaciones fiscales. Su imagen pública está más controlada, y los estándares éticos del cargo son mucho más exigentes.
  4. Perú, con una de las tasas más altas de informalidad laboral y pobreza en la región, no puede justificar este tipo de aumentos.
    Mientras tanto, en Japón, incluso cuando se dan bonificaciones gubernamentales, los recortes salariales a políticos se aplican en momentos de crisis (como durante la pandemia).

🧨 Conclusión

El contraste no solo es económico: es simbólico y ético. Mientras en Japón el liderazgo político se ejerce con discreción y bajo estricta vigilancia ciudadana, en Perú el aumento de sueldo de Boluarte refleja la desconexión de una élite política impopular que actúa de espaldas al país.

El problema no es cuánto gana un presidente. Es cuánto hace por su gente para merecerlo.

 

 



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