TOKIO.- El rito de tocar la campana 108 veces durante el Año Nuevo en Japón es una tradición profundamente enraizada en el budismo y, en particular, en la práctica de templos como el Chion-in, uno de los más importantes del país.
Este templo, ubicado en Kioto, es conocido por su monumental campana, una de las más grandes de Japón, que pesa aproximadamente 70 toneladas y requiere el esfuerzo conjunto de 17 monjes para ser tocada.
¿Por qué 108 golpes?
El número 108 tiene un significado simbólico en el budismo. Representa las 108 pasiones terrenales (bonnō, 煩悩) que atormentan a los seres humanos y los mantienen atados al ciclo de sufrimiento (samsara).
Estas pasiones incluyen emociones negativas como el deseo, la ira, la envidia, la arrogancia y la ignorancia.
Según las enseñanzas budistas, cada golpe de la campana sirve como un medio para purificar el alma, liberando a las personas de una de estas pasiones, y les permite comenzar el nuevo año con una mente y un corazón más limpios.
El proceso, conocido como Joya no Kane (除夜の鐘), comienza habitualmente poco antes de la medianoche del 31 de diciembre. Los primeros 107 golpes se realizan antes de la llegada del Año Nuevo, y el último, al filo de la medianoche, simboliza la transición hacia un nuevo comienzo libre de impurezas.
La Campana del Templo Chion-in
La campana del templo Chion-in es particularmente famosa por su tamaño y el esfuerzo requerido para tocarla. Con una altura de más de 3 metros y un diámetro de aproximadamente 2.8 metros, es considerada una de las campanas más grandes en funcionamiento en Japón.
El peso extremo de la campana hace que sea necesario el trabajo conjunto de 17 monjes, quienes emplean un enorme tronco de madera suspendido con cuerdas como badajo para producir su sonido profundo y resonante.
Este sonido no solo es un símbolo de purificación, sino también un recordatorio de la impermanencia y el paso del tiempo.
El Significado Cultural y Espiritual
La ceremonia no solo tiene un profundo significado espiritual, sino que también es una experiencia comunitaria. Multitudes de fieles y turistas acuden al templo para presenciar el evento, que combina solemnidad y celebración.
El sonido de la campana, conocido por su cualidad hipnótica y reverberante, crea un ambiente que invita a la introspección y a la meditación.
Este ritual es un ejemplo del modo en que las tradiciones budistas están entrelazadas con la cultura japonesa, ofreciendo una oportunidad para reflexionar sobre los errores y las pasiones del año que termina, mientras se da la bienvenida a un nuevo ciclo con esperanza y determinación.
Conclusión
El toque de la campana 108 veces en el templo Chion-in y en otros templos de Japón no es solo una tradición espectacular, sino un acto simbólico que busca purificar el espíritu y renovar el compromiso con una vida más consciente y equilibrada.
EL DATO
La participación de los monjes y el impresionante sonido de la campana representan un puente entre lo espiritual y lo humano, marcando una de las transiciones más importantes del calendario japonés.
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