ISHIKAWA.- Tras el terremoto en la península de Noto, se descubrió que máquinas expendedoras en la escuela secundaria Anamizu fueron destruidas sin autorización y se sustrajeron bebidas.

Además de una primera máquina ya reportada, se encontraron otras dos que fueron dañadas en el campus.

Se cree que las bebidas fueron distribuidas a los residentes que se refugiaban en la escuela, pero la destrucción de las tres máquinas se realizó sin permiso del administrador o de la dirección de la escuela. Por ello, la policía está investigando el incidente como posible daño a la propiedad.

Las máquinas eran administradas por Hokuriku Coca-Cola Bottling (de Takaoka, Toyama), Meiji (de Tokio) y Yukijirushi Megmilk (de Sapporo).

La máquina de Coca-Cola, ubicada cerca de la oficina administrativa en el primer piso, fue forzada y severamente dañada.

Las otras dos máquinas, de Meiji y Yukijirushi, tenían sus cubiertas frontales rotas. Hokuriku Coca-Cola ya presentó una denuncia a la policía el 18 de enero.

Según testigos, la destrucción ocurrió alrededor de las 8:00 p.m. del día del terremoto, aproximadamente cuatro horas después del mismo.

Alrededor de 100 personas se refugiaban en la escuela cuando un grupo de hombres y mujeres rompió la máquina de Coca-Cola, distribuyendo las bebidas y declarando que era una emergencia.

Aunque la escuela secundaria Anamizu  no es un refugio designado, estaba accesible desde el exterior debido a daños como ventanas rotas.

Muchos residentes buscaron refugio allí desde la tarde del terremoto, pero los responsables, como el director y el administrador, no estaban presentes. El director afirmó que no se dio permiso para destruir las máquinas.

La máquina de Hokuriku Coca-Cola era de tipo «apoyo en desastres», permitiendo abrir la puerta con llave y sacar productos gratuitamente.

Según el director, la escuela tenía la llave, administrada en la oficina. Si se hubiera contactado a los responsables de la escuela, las bebidas podrían haberse obtenido sin necesidad de dañar las máquinas.

Según el profesor  Tsujimoto Norio de la Universidad de Kinki, especialista en derecho penal, este acto claramente constituye daño a la propiedad.

La «evacuación de emergencia» según el artículo 37 del Código Penal podría aplicarse si no se castiga, pero es difícil de aplicar a menos que hubiera un peligro inminente para la vida que requiriera el consumo inmediato de las bebidas.

Por su parte, Kunizaki Nobue, asesora de gestión de crisis, enfatizó la importancia de mantener la ley incluso en situaciones de desastre.

«Las acciones bienintencionadas pueden aumentar la ansiedad de las víctimas», agrega.

Finalmente, sugiere compartir lo que se tiene y verificar el estado de los almacenes de suministros de emergencia como respuestas más adecuadas.

EL DATO

Desde la década de 2000, las máquinas expendedoras de apoyo en desastres de compañías como Coca-Cola Japón se han instalado en lugares públicos y hospitales, y se utilizaron durante el Gran Terremoto del Este de Japón en 2011.

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