Educación bajo presión: Japón enfrenta su mayor crisis de bullying en la era moderna
📍Tōkyō | 31 de octubre
El Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología (MEXT) de Japón ha revelado que los casos de ijime (いじめ, acoso escolar) registrados durante el año fiscal 2024 alcanzaron una cifra sin precedentes: 769,022 incidentes en todo el país.
Es el cuarto año consecutivo en que se rompe el récord anterior, mostrando que el fenómeno no solo persiste, sino que sigue en expansión, especialmente en las escuelas primarias.
🧩 Definición y formas
El término ijime (いじめ, acoso escolar) abarca una amplia gama de comportamientos hostiles entre estudiantes, no solo la violencia física.
Según el Ministerio de Educación (文部科学省), se considera ijime cualquier acto que cause sufrimiento físico o psicológico a otro estudiante en el contexto escolar.
Las formas más comunes incluyen:
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mushi (無視) – ignorar o aislar deliberadamente a alguien.
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waruguchi (悪口) – insultos o burlas.
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bōryoku (暴力) – violencia física.
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netto ijime (ネットいじめ) – acoso en línea o por redes sociales.
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kinsen toraburu (金銭トラブル) – exigir dinero o pertenencias.
💬 Causas y factores culturales
El ijime suele relacionarse con:
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La presión por la conformidad social (同調圧力).
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La jerarquía grupal escolar (grupos dominantes vs. minorías).
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La falta de comunicación emocional entre alumnos y profesores.
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Factores digitales, como el anonimato en redes sociales.
📊 Radiografía del problema
De acuerdo con el informe, los casos se distribuyeron de la siguiente manera:
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Escuelas primarias: 610,612 casos
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Escuelas secundarias: 135,865 casos
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Escuelas preparatorias: 18,891 casos
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Escuelas de educación especial: 3,654 casos
Esto representa un aumento de 36,400 casos respecto al año anterior.
El MEXT atribuye el crecimiento a una mayor detección por parte de los docentes y al auge del acoso en redes sociales, donde el “netto ijime” (ネットいじめ) ya suma más de 27,000 casos, unos 2,600 más que el año anterior.
⚠️ Casos graves y respuestas institucionales
Los llamados “jūdai jitai” (重大事態) —casos de acoso que derivan en suicidio, lesiones graves o ausentismo prolongado— también aumentaron: se registraron 1,405 incidentes, el número más alto desde que existen registros.
Alarmantemente, casi el 30% de estos casos no fueron reconocidos como acoso en la etapa inicial por parte de las escuelas, lo que evidencia fallas en la respuesta temprana.
Respecto a las medidas aplicadas contra los agresores:
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61.2% de las escuelas informó a los padres o tutores.
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55.9% instruyó a los alumnos para ofrecer disculpas a las víctimas.
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Solo 4.2% involucró directamente a la dirección escolar en la orientación.
🧭 Análisis
El informe confirma que Japón enfrenta una crisis estructural de convivencia escolar, donde la presión social, el aislamiento y el anonimato digital amplifican el acoso.
Aunque los programas de prevención han mejorado la capacidad de detección, aún falta transformar la cultura de silencio y vergüenza (恥, haji) que rodea a las víctimas.
Los expertos coinciden en que el reto no es solo sancionar, sino reconstruir la empatía dentro del aula, una tarea que requiere tanto políticas públicas como compromiso comunitario.

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