PARÍS.- El luchador japonés Fumita Kenichiro, número uno en el ranking mundial, logró una hazaña impresionante en los Juegos Olímpicos de Verano 2024 al ganar la medalla de oro en la categoría de 77 kg de lucha grecorromana.
En la final, el nipón venció a Demew Jadraev de Kazajistán con un marcador de 5-2, destacándose en una categoría conocida por su alta competitividad.
Desarrollo del combate
Fumita permitió que su oponente obtuviera dos puntos, llevando el combate a una situación de desventaja en el segundo período.
Sin embargo, aumentó su agresividad, derribando a Jadraev desde una posición de pie y obteniendo cuatro puntos cruciales.
Finalmente, añadió un punto más para asegurar su victoria y coronarse como campeón olímpico.
Reacciones y declaraciones
Tras su victoria, Fumita expresó su alegría comparando su experiencia con una cita de la maratonista olímpica Takahashi Naoko, diciendo: «¡Fueron los seis minutos más divertidos de mi vida!».
También afirmó con orgullo: «Sinceramente, solo puedo decir que fue lo mejor. Si tuviera que resumirlo en una frase, diría ‘¿Qué te parece?'».
Preparación y entrenamiento
Fumita desarrolló una base física sólida gracias a su experiencia en sumo durante su juventud, lo que le dio una gran fuerza en la parte inferior del cuerpo.
Su entrenador, Sasamoto Mutsumi, explicó que la capacidad de Fumita para avanzar continuamente agota a sus oponentes.
El luchador participó en prácticas intensivas, incluso entrenando cuatro veces al día en campamentos internacionales, sorprendiendo a los entrenadores extranjeros con su dedicación y energía inagotable.
Fortaleza mental
Fumita demostró una fortaleza mental notable al abstenerse del alcohol desde el 1 de enero del año olímpico y al enfrentarse a comentarios negativos en las redes sociales sin inmutarse.
Después de derrotar a un héroe nacional kirguiso en el Campeonato Asiático, recibió numerosos comentarios despectivos en Instagram, pero los desestimó y se concentró en su objetivo olímpico.
Personalidad y carisma
Con 23 años, Fumita tiene grandes aspiraciones de convertirse en una estrella. Reconociendo la falta de popularidad de la lucha en Japón en comparación con otros países, el nipón busca cambiar esta situación.
Su carisma y actitud positiva, junto con acciones como hacer un backflip tras su victoria y gritar emocionado frente a las cámaras, demuestran su potencial para atraer a nuevos aficionados y convertirse en una figura icónica en la lucha libre japonesa.
EL DATO
Fumita no solo ha demostrado ser un atleta excepcional con una dedicación y resistencia física sobresalientes, sino también una figura carismática capaz de inspirar y atraer a un público más amplio al mundo de la lucha grecorromana.
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