La cantante y actriz argentina Ángela Torres confesó públicamente haber cometido pequeños robos durante su reciente visita a Japón.
📍Buenos Aires | 6 de Julio de 2025
Aunque lo dijo en tono liviano y entre risas durante un programa de streaming, sus palabras generaron un repudio casi inmediato en redes sociales, tanto en Argentina como entre usuarios japoneses, y reactivaron una conversación más amplia sobre el comportamiento de los turistas en el extranjero.
🗣️ “Robé unas cositas en Japón”: una frase que encendió la polémica
Durante una transmisión en vivo del programa “Antes que nadie”, emitido en la plataforma Luzu TV, Torres relató entre risas:
“Y ahora que me fui a Japón, robé unas cositas también. Sí, sí. No hay cámaras. Nadie te mira, son correctos. Dije: ‘ya fue, me lo llevo’.”
Aunque no detalló qué objetos robó ni en qué circunstancias exactas, la naturalidad con la que lo dijo generó una oleada de críticas, en especial porque justificó su accionar por la confianza del sistema japonés, donde las tiendas suelen operar sin vigilancia visible y con escasa presencia de personal.
📱 Reacciones inmediatas: “Es un delito, no una anécdota graciosa”
En redes sociales como X (ex-Twitter) y TikTok, la respuesta fue rotunda. La mayoría de los comentarios condenaban sus dichos, señalando la ignorancia cultural y la irresponsabilidad de una figura pública:
- “Se ríe de haber robado en Japón como si fuera una travesura. Es una falta de respeto enorme.”
- “En Japón eso no es un chiste, es un crimen.”
- “Esto mancha la imagen de los turistas argentinos.”
🇯🇵 ¿Por qué esto es tan grave?
Japón es uno de los países con mayor índice de honestidad ciudadana del mundo. Es común encontrar tiendas sin empleados, billeteras extraviadas que son devueltas con su contenido intacto, y espacios públicos limpios gracias al compromiso colectivo.
El respeto por la propiedad ajena es un pilar de la convivencia. Por eso, actos como el que confesó Torres no solo rompen la ley, sino que son vistos como una ofensa directa a los valores del país.
Además, la confianza social (shakai shinrai 社会信頼) es tan fuerte que, en muchos casos, los sistemas de venta funcionan sin vigilancia activa. Robar en ese contexto implica una traición cultural más que un simple delito menor.
⚖️ Marco legal en Japón: consecuencias por robo, incluso leve
El Código Penal Japonés es muy claro con respecto a los delitos contra la propiedad:
Artículo 235 – 盗犯(とうはん)Tōhan (Robo)
“El que roba bienes muebles de otro será castigado con prisión de 1 a 10 años.”
Para robos menores, como hurtos simples:
- Se puede aplicar una multa de hasta 10,000 yenes (aprox. 60 dólares).
- En algunos casos se impone arresto temporal o deportación inmediata si el responsable es extranjero.
- Incluso sin denuncia formal, una confesión pública puede abrir investigaciones administrativas o penales.
➡️ En el caso de Ángela Torres, al no haber sido detenida ni denunciada en Japón en ese momento, no enfrenta cargos penales inmediatos. Sin embargo, su confesión pública podría ser usada como prueba si las autoridades deciden intervenir retroactivamente.
🌐 Consecuencias internacionales y sociales
Aunque no haya consecuencias judiciales por ahora, el costo reputacional puede ser alto:
- Refuerza estereotipos negativos sobre los turistas latinoamericanos en Asia.
- Podría dificultarle la entrada a Japón y otros países con normas migratorias estrictas, si su nombre queda asociado a antecedentes cuestionables.
- La comunidad japonesa en Argentina también expresó molestia por el desprecio hacia los valores culturales del país asiático.
🧭 Reflexión final: ¿una simple broma o un gesto irresponsable?
Ángela Torres no es solo una influencer; es una artista con una carrera en ascenso, nieta del ícono musical Sandro y sobrina de la actriz Gloria Carrá. Por eso, muchos lamentan que haya minimizado una acción que, en otro contexto, podría haber terminado en una comisaría.
Este episodio ocurre en un momento de creciente intercambio cultural entre Japón y América Latina, donde miles de jóvenes viajan cada año por turismo, estudio o trabajo. Declaraciones como esta ponen en riesgo esa confianza mutua.
🔎 La polémica deja preguntas abiertas:
- ¿Debe haber mayor educación cultural antes de viajar?
- ¿Qué responsabilidad tienen las figuras públicas sobre lo que dicen en medios masivos?
- ¿Puede una confesión “en chiste” tener consecuencias legales reales?
Lo que es seguro es que robar “por diversión” no tiene gracia en ningún país, y mucho menos en uno donde la confianza y el respeto son su mayor tesoro.
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