📍Ōsaka| 26 de junio de 2025
En una calurosa tarde que recuerda más a pleno verano que a principios de junio, el sol cae a plomo sobre la isla artificial de Yumeshima, el epicentro de la Expo 2025 Osaka-Kansai, donde miles de visitantes caminan entre pabellones futuristas, cultura global y tecnologías visionarias.
Pero no solo los humanos circulan por este gigantesco “laboratorio social del futuro”. También lo hace un nuevo habitante: un pequeño robot blanco que se mueve lentamente y que, sin que muchos lo noten al principio, recolecta basura.
Este robot-basurero autónomo, desarrollado por Mitsubishi Electric, no tiene brazos, ni rostro ni voz. Pero llama la atención por su peculiar movimiento pausado y por acercarse silenciosamente a las multitudes. Al observarlo más de cerca, sus inscripciones revelan su función: recibe basura combustible, botellas PET y latas, todo perfectamente separado.
Aunque parezca una anécdota simpática, este invento tiene un propósito profundamente práctico: gestionar los residuos de un evento que recibe más de 100.000 personas al día, en un espacio de más de 155 hectáreas (el equivalente a más de 30 Tokyo Dome). Y no es menor.
Porque en Japón, país famoso por su orden y limpieza, tirar basura en la vía pública está mal visto y es común no encontrar papeleras en estaciones o calles.
📡 Tecnología de punta al servicio de lo cotidiano
Este robot no es un juguete. Funciona gracias a sensores que detectan personas y obstáculos, se mueve con tecnología de navegación autónoma basada en posicionamiento satelital (GPS de alta precisión) y utiliza mapas 3D del entorno para desplazarse sin chocar ni causar molestias.
Se desplaza a unos 1 km/h, una velocidad similar a la de una persona mayor caminando. No hace ruido. No interrumpe. Simplemente, se hace presente.
Actualmente opera solo tres días a la semana, en condiciones de buen clima y durante el día, como parte de una fase de prueba para evaluar su eficacia. Y aunque ahora solo recolecta residuos, en el futuro podría también comunicarse con los usuarios o dar indicaciones.
El objetivo, explican desde Mitsubishi Electric, es que este tipo de robots pueda ser útil en resorts turísticos, hospitales, instalaciones geriátricas y otros espacios donde la mano de obra escasea o donde la limpieza debe mantenerse sin interrupciones.
🧼 La limpieza también se digitaliza
El robot es solo una parte de la transformación en curso. La empresa Duskin, encargada de la limpieza general del recinto, también está probando una aplicación que permite digitalizar las tareas del personal humano. ¿Cómo funciona? Las zonas que necesitan atención se fotografían y se cargan en la app con geolocalización. Cada trabajador puede ver en su celular si una zona está “pendiente”, “en curso” o “terminada”. Así se optimizan rutas, se evitan duplicaciones y se reduce el tiempo perdido.
Este tipo de herramientas son vitales: durante la Expo, el número de trabajadores dedicados exclusivamente a la limpieza alcanza los 1.300. Aun así, la demanda supera la capacidad de contratación.
🌍 Una visión coherente con la Expo: experimentar el futuro
La presencia del robot-basurero encaja con la misión misma de la Expo 2025, definida como un “experimento de sociedad futura”. No se trata solo de mostrar ideas en vitrinas, sino de ponerlas a prueba en la vida diaria. Los visitantes no solo ven tecnología, interactúan con ella sin siquiera saberlo: al caminar, al desechar un envoltorio, al ver cómo se organiza un servicio esencial como la limpieza.
En un país que envejece rápidamente, con falta de personal en muchos sectores y desafíos logísticos complejos, estas pequeñas innovaciones representan semillas de soluciones más grandes.
El robot blanco, aunque modesto en apariencia, nos recuerda que el futuro no siempre llega en forma de coches voladores o inteligencia artificial que habla, sino también como un contenedor que, sin que se lo pidan, acude silenciosamente a ayudar.
©NoticiasNippon