📍Ōsaka | 8 de junio de 2025
Una mujer de nacionalidad brasileña, identificada como Jessica Ramos de Souza, [ラモス・デ・ソウザ・ジェシカ] de 35 años, fue arrestada y acusada formalmente en Japón por presunta violación de la Ley de Control de Narcóticos y Psicotrópicos.
El arresto se produjo cuando la acusada ingresó al país a través del aeropuerto de Kansai.
El hallazgo de la droga: un operativo meticuloso
Según informaron la policía y funcionarios de aduanas, la acusada mostraba un comportamiento visiblemente nervioso durante los controles migratorios. Un agente de aduanas detectó su inquietud y decidió inspeccionar minuciosamente su equipaje.
Durante el registro, la propia mujer, en un gesto de aparente colaboración, entregó 13 pequeños paquetes de polvo blanco, que posteriormente se confirmó como cocaína. Estas porciones, cuidadosamente envueltas en goma y ocultas en sus calcetines y otras pertenencias, sumaban un total de 675,5 gramos, con un valor estimado en el mercado de 16,88 millones de yenes (alrededor de 100.000 dólares estadounidenses).
Sin embargo, el caso no terminó ahí. La mujer empezó a quejarse de fuertes dolores abdominales, lo que llevó a las autoridades a trasladarla de inmediato a un hospital cercano. Allí, tras exámenes médicos, se descubrieron 74 cápsulas adicionales de cocaína ocultas en su cuerpo, también selladas con goma. Este método de contrabando es conocido como body packing o “mula”, y conlleva riesgos altísimos de sobredosis si alguna de las cápsulas se rompe dentro del cuerpo.
El marco legal y las sanciones
En Japón, el tráfico de drogas es un delito severamente penado bajo la Ley de Control de Narcóticos y Psicotrópicos (麻薬及び向精神薬取締法), la cual prohíbe la posesión, transporte, fabricación, importación y exportación de drogas como la cocaína, incluso en pequeñas cantidades.
Según la ley, importar o poseer más de 1 gramo de cocaína puede ser considerado tráfico y acarrear penas de hasta cadena perpetua, especialmente si se determina que el delito es parte de una organización criminal. En casos de tráfico por contrabando con fines de lucro, la pena mínima suele ser de 3 años de prisión, y puede ampliarse significativamente según las circunstancias.
Para los extranjeros, las sanciones son aún más duras en el sentido práctico: además de cumplir la pena de prisión, suelen enfrentar expulsión del país (deportación) tras cumplir su condena, junto con la prohibición de regresar a Japón de forma indefinida.
¿Por qué hay tantos casos de brasileños en el radar de las autoridades?
El caso de Jessica Ramos de Souza no es aislado. En los últimos años, la policía japonesa ha detenido a varios ciudadanos brasileños por tráfico de drogas. Por ejemplo:
•En 2023, un brasileño de 28 años fue arrestado en el aeropuerto de Narita con cápsulas de cocaína en su estómago.
•En 2022, otra mujer brasileña fue interceptada en el aeropuerto de Haneda con más de 500 gramos de cocaína escondidos en su equipaje de mano.
Las autoridades señalan que algunas redes de narcotráfico internacional reclutan a ciudadanos brasileños como “mulas” debido a su pasaporte relativamente accesible y a conexiones con rutas de drogas procedentes de Sudamérica.
Contexto social y humano
Detrás de estos casos, a menudo hay historias de vulnerabilidad económica y social. Muchas de estas personas son reclutadas por organizaciones criminales que se aprovechan de su necesidad de dinero, a cambio de realizar viajes de alto riesgo con cargamentos de drogas. Además del castigo legal, existe un enorme riesgo para su salud, ya que si una de las cápsulas se rompe en el cuerpo, la persona puede morir por sobredosis antes de recibir atención médica.
Conclusión
La policía japonesa continúa investigando si Jessica Ramos de Souza actuó sola o como parte de una red organizada de contrabando internacional. Este caso refleja el endurecimiento de las medidas de seguridad en los aeropuertos japoneses y el compromiso de las autoridades de frenar el narcotráfico, especialmente en un contexto internacional donde el flujo de drogas sigue creciendo.
Las autoridades han reiterado su mensaje: en Japón, las leyes contra las drogas son estrictas y cualquier intento de tráfico será severamente sancionado, sin importar la nacionalidad del acusado.
De interés
🏛️ 1. ¿Cómo funciona el proceso judicial japonés en casos de tráfico de drogas?
En Japón, los delitos de tráfico de drogas son considerados extremadamente graves. El proceso judicial se caracteriza por su rigurosidad y la alta tasa de condenas (superior al 99% en promedio), especialmente cuando hay evidencias físicas contundentes como droga incautada. Veamos las etapas principales:
🔹 1. Detención inicial
La policía o aduanas detienen al sospechoso y lo trasladan a una comisaría o a la oficina de aduanas. Durante esta fase, se lleva a cabo un interrogatorio exhaustivo (a menudo sin presencia de abogado) y se incautan las evidencias.
🔹 2. Puesta a disposición de la fiscalía
En un plazo máximo de 72 horas, el sospechoso debe ser remitido a la Fiscalía, que evalúa si solicita prisión preventiva. Esta puede durar hasta 10 días y prorrogarse por 10 días más (20 días en total).
🔹 3. Acusación formal y juicio
Si la fiscalía considera que hay pruebas suficientes, presenta una acusación formal ante el tribunal. En Japón, los juicios por tráfico de drogas suelen ser rápidos y, en la mayoría de los casos, se dictan sentencias severas. Los tribunales de distrito tienen competencia en estos casos.
🔹 4. Sentencia y posibles recursos
Las penas varían según la cantidad y el tipo de droga, pero por tráfico de drogas a gran escala (como en estos casos) las sentencias suelen oscilar entre 7 años y cadena perpetua (en casos de reincidencia, conexiones con el crimen organizado o si se considera “agravado” por cantidad). En general, hay muy pocos casos de absolución.
🚔 2. ¿Cómo son las condiciones de las cárceles japonesas?
Japón es conocido por tener un sistema penitenciario muy disciplinado y rígido, que se centra en el orden y la rehabilitación a través del trabajo. A menudo, los extranjeros se sorprenden por las normas estrictas y las condiciones de vida, que pueden resultar muy diferentes a las de sus países de origen:
🔒 Aislamiento cultural y lingüístico
Los extranjeros suelen estar en pabellones especiales (shūyōtō) con intérpretes limitados. Esto puede generar una gran soledad y dificultades de adaptación.
🔨 Trabajo obligatorio
Los reclusos deben participar en trabajos penitenciarios (como manufactura, artesanías, limpieza o mantenimiento) como parte del proceso de “rehabilitación”. Rehusarse a trabajar puede ser motivo de sanción disciplinaria.
⛔ Restricciones estrictas
Los internos tienen normas estrictas sobre el comportamiento diario: horarios rigurosos, silencio durante las comidas, limitación de visitas, revisión de correspondencia y censura de libros.
💬 Atención médica y alimentación
El sistema garantiza atención médica básica y alimentación regular, pero no necesariamente según las costumbres o dieta cultural del país de origen. Las comidas suelen ser japonesas y sencillas.
✈️ 3. ¿Qué pasa con la deportación de extranjeros?
En Japón, la Ley de Control de Inmigración y Reconocimiento de Refugiados (入管法) permite la deportación de extranjeros condenados por delitos graves, como el tráfico de drogas. Este proceso es relativamente automático una vez que el extranjero cumple su condena.
🛂 ¿Cómo funciona?
1️⃣ Tras cumplir la pena, el Ministerio de Justicia (Oficina de Inmigración) inicia el proceso de deportación.
2️⃣ El extranjero es trasladado a un centro de detención de inmigración, donde espera la ejecución de la orden de deportación.
3️⃣ Se coordina con el país de origen para la repatriación.
4️⃣ En la mayoría de los casos, se les prohíbe volver a entrar en Japón indefinidamente.
🚨 ¿Puede evitarse la deportación?
En casos extremadamente raros, los extranjeros pueden apelar si hay circunstancias humanitarias (por ejemplo, vínculos familiares muy fuertes con Japón, o si temen persecución en su país de origen). Sin embargo, en casos de tráfico de drogas, la deportación es prácticamente automática.
Síntesis de penas
Nota: Las penas pueden aumentar si se demuestra agravante (red criminal, reincidencia, intención de venta o distribución, etc.). Japón aplica penas severas incluso para cantidades menores de droga.
📝 Conclusión
Los extranjeros involucrados en tráfico de drogas en Japón enfrentan un proceso judicial muy estricto, penas de prisión severas y una casi inevitable deportación tras cumplir condena.
El sistema japonés busca proteger la seguridad pública y enviar un mensaje contundente contra el narcotráfico.
Por eso, se recomienda a todos los viajeros informarse adecuadamente y evitar involucrarse en actividades ilegales que puedan arruinar sus vidas y las de sus familias.
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