📍Tōkyō | 22 de junio de 2025


Un nuevo episodio de “sushi-terrorismo” ha sacudido nuevamente a la opinión pública japonesa.

Esta vez, el protagonista fue un adolescente de 16 años, residente del distrito de Kita en Tokio, quien fue denunciado formalmente ante la fiscalía (書類送検・shorui sōken) por haber obstruido las operaciones de un restaurante de la cadena de sushi giratorio «Kura Sushi (くら寿司)«, tras realizar un acto ofensivo y difundirlo en redes sociales.


🧷 ¿Qué ocurrió?


El incidente tuvo lugar a finales de marzo, en una sucursal de «Kura Sushi» en Tokio. Durante una comida junto a otros tres jóvenes (dos chicos y una chica), el adolescente decidió colocar un preservativo abierto en la boca del sistema automático de devolución de platos sucios, el cual comunica directamente con la cocina.

A continuación, tomó una fotografía de la escena y la publicó en la red social “X” (antes Twitter).

Al poco tiempo, la imagen comenzó a circular con rapidez, generando indignación social y preocupación entre clientes habituales, además de dañar la imagen de la empresa, que se vio obligada a emitir un comunicado urgente.


📸 “Quería hacer reír a mis amigos”


Durante la investigación policial, el joven confesó que su motivación fue ver la reacción de sus amigos en línea:

“Pensé que sería un post divertido. Quería ver las reacciones, pero no pensé en lo que pasaría después”, declaró ante la policía.

La policía determinó que esta acción entraba dentro del delito de «obstrucción fraudulenta de operaciones comerciales» (偽計業務妨害・gikei gyōmu bōgai), y decidió enviar el caso a la fiscalía.


⚖️ Marco legal aplicable: ¿Qué dice la ley japonesa?


El artículo 233 del Código Penal japonés establece que:

「虚偽の風説を流布し、又は偽計を用いて、人の業務を妨害した者は、三年以下の懲役又は五十万円以下の罰金に処する。」
“Quien difunda rumores falsos o utilice engaños para obstaculizar las operaciones de otra persona, será castigado con hasta 3 años de prisión o una multa de hasta 500,000 yenes.”

Este delito se aplica con frecuencia en casos donde se afecta la actividad comercial de un establecimiento, aunque no haya daños físicos materiales. En este caso, la publicación en redes generó pérdida de confianza, posibles cancelaciones, y un perjuicio reputacional para la empresa.


👶 ¿Qué pasa si el infractor es menor de edad?


En Japón, las personas menores de 20 años son tratadas bajo la Ley de Menores (少年法・shōnen-hō), cuyo objetivo principal no es castigar, sino rehabilitar y reinsertar al joven en la sociedad. Aun así, eso no significa impunidad, sino que las medidas se adaptan a la edad y circunstancias del infractor.

Opciones legales que tiene la fiscalía:

  1. Remitir el caso al Tribunal de Familia (家庭裁判所・katei saibansho), donde un juez especializado puede:

    • Dictar advertencias formales (厳重注意).

    • Ordenar supervisión educativa o familiar.

    • Enviar al joven a un centro de entrenamiento correccional juvenil por un período determinado.

    • Si se considera grave o reincidente, se puede elevar excepcionalmente a juicio penal juvenil.

  2. En casos leves, puede recomendar disculpas públicas, reparación económica del daño y orientación psicológica o social.

Además, si el restaurante lo exige, los tutores legales del menor pueden ser civilmente responsables por daños y perjuicios económicos o reputacionales derivados del acto, bajo el artículo 714 del Código Civil Japonés.


🏪 Reacción de Kura Sushi


La cadena de restaurantes emitió un comunicado contundente:

“Este tipo de actos no son tolerables en un lugar de servicio público. Nuestro deber es proteger la seguridad alimentaria y la confianza de nuestros clientes. Tomaremos todas las medidas necesarias, incluyendo acciones legales”.

Kura Sushi, como otras grandes cadenas, ha invertido millones de yenes en sistemas automáticos de higiene y monitoreo, precisamente como respuesta a los “sushitero” que estallaron en redes desde inicios de 2023. Este caso podría impulsar aún más la implementación de cámaras de seguridad en cada mesa y sistemas sin cinta giratoria tradicional.


🔎 Análisis social: el riesgo de “viralizarse”


Este caso no es aislado. Desde 2023, en Japón han aparecido diversos casos de jóvenes que buscan notoriedad en redes sociales a través de bromas pesadas o actos disruptivos en lugares públicos, desde escuelas hasta konbinis y restaurantes.

El fenómeno, conocido como “バズ狙い” (bazu nerai, «querer volverse viral»), muestra una desconexión entre las acciones en línea y sus consecuencias reales, especialmente en adolescentes. Muchos no comprenden que lo digital también tiene peso legal y social.


🧩 Conclusión


Aunque el joven no enfrente prisión ni antecedentes penales permanentes, el mensaje que envía la fiscalía es claro: Japón no tolerará actos que atenten contra la confianza en el espacio público. La ley protege no solo la infraestructura física de un negocio, sino su dignidad, reputación y estabilidad operativa.

Y aunque se trate de un menor, la responsabilidad —compartida muchas veces con los padres— no desaparece, sino que toma formas más orientadas a la reparación, la reflexión y la prevención.

 



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