TOKIO.- El primer ministro Ishiba Shigeru manifestó que “es imposible coexistir con extranjeros que no respetan las reglas”.
Durante una sesión en la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Representantes de Japón sostuvo que seguir las reglas es un requisito fundamental, pero no pueden afirmar con certeza que todos las acatarán.
“Como gobierno japonés, bajo ninguna circunstancia podemos tolerar que extranjeros que no sigan las reglas causen daño a la vida y la propiedad de los ciudadanos japoneses.”, expresó.
Kurdos
El diputado Takahashi Hideaki del partido Nippon Ishin no Kai, planteó preguntas sobre la comunidad kurda en la ciudad de Kawaguchi, Saitama.
En particular, expresó preocupación por el aumento de su población en la zona, afirmando que hay alrededor de 3,000 kurdos concentrados en la ciudad y que esto se ha convertido en “un gran problema”.
Frente a esto, el primer ministro, Shigeru Ishiba, respondió que, si bien el respeto a las reglas es un principio fundamental para la convivencia, no se puede garantizar que todos las cumplan.
“No podemos convivir con extranjeros que no cumplen las normas. Es nuestra responsabilidad como país asegurarnos de que esas personas no permanezcan en Japón”, dijo.
Crimen y deportación de inmigrantes ilegales
Takahashi mencionó un caso reciente ocurrido el 19 de febrero, en el que un ciudadano turco fue arrestado por atacar sexualmente a una mujer en un parque.
A partir de esto, argumentó que hay muchos incidentes similares y afirmó que, entre quienes no tienen residencia legal en Japón, hay muchas personas que cometen delitos.
Insistió en que el gobierno debe actuar con rapidez y deportar de inmediato a quienes se encuentran en situación irregular.
En respuesta, Ishiba reforzó la postura gubernamental, asegurando que la deportación rápida de inmigrantes ilegales es una prioridad nacional.
Dijo que Japón acelerará la expulsión de personas que no tengan permiso de residencia, ya que considera que su permanencia es un problema serio para el país.
Preocupaciones sobre la seguridad y la política migratoria
Takahashi también criticó el control fronterizo de Japón, señalando que algunas personas que Turquía considera terroristas han podido ingresar sin problema al país.
Hizo referencia al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), un grupo considerado una organización terrorista por el gobierno turco.
Según el legislador, el gobierno de Turquía ha identificado a la Asociación Cultural Kurda de Japón, con sede en Kawaguchi, como un grupo que apoya al PKK, lo que genera preocupación sobre la seguridad nacional.
Además, expresó inquietud sobre la situación de los trabajadores extranjeros en Japón, señalando que alrededor de 10,000 aprendices técnicos desaparecen cada año. Para él, esto evidencia que el sistema de inmigración del país es deficiente y requiere mejoras urgentes.
En respuesta, Ishiba aseguró que el gobierno revisará los procedimientos de entrada y permanencia de los extranjeros, en coordinación con los distintos ministerios.
Reflexión final
Este debate en la Dieta japonesa refleja una creciente preocupación por la inmigración, la seguridad y la convivencia multicultural en Japón.
Aunque el país necesita trabajadores extranjeros debido a su envejecida población, el gobierno enfrenta el desafío de equilibrar la necesidad de mano de obra con el control de la seguridad y el respeto a las leyes.
La comunidad kurda en Kawaguchi se encuentra en el centro de esta discusión, y el futuro de su permanencia en Japón dependerá en gran medida de las políticas que el gobierno implemente en los próximos meses.
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