📍Tōkyō | 17 de mayo de 2025


El Primer Ministro de Japón, Ishiba Shigeru, envió una carta de condolencias al presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, con motivo del fallecimiento del expresidente José Mujica, ocurrido el 13 de mayo.

El gesto del gobierno japonés no solo responde al protocolo diplomático, sino también a una profunda admiración por una figura que dejó huella mundial por su honestidad, humildad y visión de justicia social.

En su mensaje, Ishiba expresó su más sentido pésame a los familiares de Mujica, así como al pueblo y al gobierno de la República Oriental del Uruguay. Pero más allá de las fórmulas diplomáticas habituales, el primer ministro japonés se tomó un momento para honrar la memoria de un hombre que, desde el sur de América, tocó corazones en todo el mundo.

El presidente Mujica dedicó su vida a combatir la pobreza, a construir una sociedad más equitativa y a liderar con el ejemplo”, señaló Ishiba en la carta. También destacó que el exmandatario valoró de forma especial a los descendientes de japoneses en Uruguay (nikkei), reconociendo públicamente su contribución al desarrollo del país.

Mujica, en diversas ocasiones, había expresado su profundo respeto por la cultura japonesa, en la que encontraba paralelismos con su visión de la vida: sobriedad, trabajo, colectividad.

El mensaje también subrayó el importante papel que Mujica desempeñó en fortalecer la relación bilateral entre Japón y Uruguay, no solo a nivel gubernamental, sino desde una comprensión humana y ética del respeto mutuo.

Fue un líder que no necesitaba discursos grandilocuentes: vivía en una modesta chacra, conducía su viejo escarabajo, y hablaba desde el corazón. En Japón, donde se valora la simplicidad, la coherencia entre palabras y actos, y la sabiduría de los mayores, Mujica era una figura profundamente respetada.

 


Un símbolo universal de dignidad


José Mujica no era un político común. Su historia, marcada por años de cárcel durante la dictadura uruguaya, su posterior reinserción como legislador y luego como presidente, y su forma de vivir —rechazando privilegios, donando la mayor parte de su salario, y predicando con el ejemplo— inspiró a generaciones enteras, incluyendo a muchas personas en Japón.

En universidades japonesas, sus discursos se analizan en clases de filosofía política y ética pública. Sus frases, como “el poder no cambia a las personas, solo revela quiénes son realmente” o “ser libre es gastar la mayor cantidad de tiempo de nuestra vida en lo que nos gusta hacer”, circularon ampliamente en redes sociales japonesas durante su mandato.

 


Legado entre Japón y Uruguay


Aunque Japón y Uruguay se encuentran separados por más de 18 mil kilómetros, la figura de Mujica logró acercar emocionalmente a ambas naciones. Su aprecio por los valores japoneses y su reconocimiento a los ciudadanos uruguayos de origen japonés consolidaron un puente humano entre los dos países.

La carta de condolencias de Ishiba no fue solo un acto formal, sino una expresión genuina de duelo por un hombre que, sin haber sido japonés, encarnaba muchos de los valores que el país del sol naciente venera.

Mujica tenía 89 años al momento de su muerte. Su partida deja un vacío en la política internacional y en el corazón de muchos ciudadanos del mundo que encontraron en él un ejemplo de vida.

Japón, con respeto y gratitud, se suma al duelo mundial por quien fue, quizás, el último gran sabio de la política contemporánea.

 


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