📍Tōkyō | 4 de junio de 2025


Japón atraviesa un momento histórico y preocupante.

El número de niños nacidos en el país durante 2024 cayó a 68,6061, marcando la primera vez en más de un siglo que la cifra anual baja de los 70 mil, según datos oficiales del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar Social.

Este descenso es una señal más de la crisis demográfica que se ha instalado en la sociedad japonesa y que, lejos de frenarse, se acelera.

 


📊 Una caída sin precedentes


Según el informe ministerial, el número de nacimientos disminuyó en 41,227 con respecto a 2023, encadenando así nueve años consecutivos de descensos. Este fenómeno comenzó a observarse a finales de los años 70, pero nunca había sido tan rápido y pronunciado.

Para dimensionar la magnitud de este cambio, basta con recordar que durante el primer “baby boom” japonés, en 1949, nacieron más de 2.69 millones de niños, casi cuatro veces más que ahora. Aquel auge de nacimientos estuvo impulsado por la posguerra y el optimismo económico, pero esas condiciones desaparecieron hace tiempo.

Lo más sorprendente es que, según las proyecciones del Instituto Nacional de Investigación de la Seguridad Social y Problemas Demográficos, el país no debía alcanzar cifras por debajo de los 70 mil nacimientos anuales hasta 2039. Sin embargo, la realidad ha llegado 15 años antes de lo previsto, lo que demuestra que la crisis demográfica se ha acelerado más rápido de lo que los expertos temían.

 


👶 ¿Por qué nacen menos niños en Japón?


El Ministerio de Salud atribuye esta caída a:

  • La disminución de la población en edad reproductiva, especialmente en zonas rurales.

  • El retraso en la edad del matrimonio y en la maternidad (晩婚化・晩産化), debido a factores económicos y sociales.

  • La creciente dificultad para conciliar la vida laboral y familiar, que frena a muchas parejas jóvenes a la hora de tener hijos.

  • La incertidumbre económica que rodea a los jóvenes trabajadores y a las mujeres, que suelen enfrentarse a empleos inestables y a condiciones laborales que no facilitan la crianza.

 

 


📉 La tasa de fecundidad más baja de la historia


La llamada tasa de fecundidad total —indicador que estima el número de hijos que una mujer tendrá a lo largo de su vida— cayó  el año pasado, el valor más bajo desde que se tiene registro en 1947.

1️⃣ Visión General Nacional

  • Tasa nacional (2024): 1.15 hijos por mujer.

  • Diferencia con 2023: un descenso de 0.05 puntos.

👉 Esto confirma que Japón sigue enfrentando un declive demográfico, ya que su tasa de natalidad está muy por debajo del nivel de reemplazo generacional (2.07), lo que significa que la población continúa disminuyendo.


2️⃣ Prefecturas con tasas de natalidad más bajas

  • Tokio: 0.96 (▲0.06) – La más baja del país. Esto se debe a factores como el alto costo de vida, la vivienda reducida y el estilo de vida urbano que retrasa el matrimonio y la maternidad.

  • Hokkaido: 1.01 (▲0.05) – Tradicionalmente ha tenido bajas tasas debido al envejecimiento de la población y la migración de jóvenes hacia otras regiones.


3️⃣ Prefecturas con tasas de natalidad más altas

  • Okinawa: 1.54 (▲0.06) – Históricamente ha mantenido una de las tasas más altas del país, probablemente por su cultura familiar más cercana y una proporción más alta de población joven.

  • Kumamoto y Miyazaki: alrededor de 1.43 (▲0.06-0.08).

  • Fukui: 1.46 (sin cambio) – Mantiene su nivel de natalidad estable, posiblemente por políticas de apoyo a la familia y guarderías.


4️⃣ Las caídas más pronunciadas

  • Ishikawa: 1.23 (▲0.11) – La mayor caída registrada. Esto podría estar relacionado con un cambio en las condiciones socioeconómicas locales, el empleo o la migración de jóvenes a áreas urbanas.

  • Nara y Wakayama: 1.12 y 1.24 respectivamente (▲0.09) – Estas áreas rurales también han visto un declive notable, reflejando desafíos para retener a las familias jóvenes.

 

 


⚰️ Más muertes y menos nacimientos: la mayor “reducción natural” de la historia


El drama demográfico no termina aquí. En 2024, el país registró 1,605,298 muertes, un incremento de 29,282 respecto al año anterior, lo que constituye también la cifra más alta de la historia moderna de Japón. Esto significa que el saldo natural —la diferencia entre nacimientos y muertes— fue negativo en 919,237 personas, una cifra récord que refleja el envejecimiento de la población.

 


💑 ¿Y los matrimonios?


El año pasado se celebraron 485,063 matrimonios, apenas 10,322 más que en 2023, pero la cifra sigue siendo baja: en la última década, Japón ha perdido más de 150,000 matrimonios anuales. Este dato preocupa a los expertos, porque la caída de los matrimonios suele estar directamente relacionada con la caída de los nacimientos.

 


🔎 ¿Por qué importa tanto esta crisis demográfica?


La combinación de menos nacimientos y más muertes tiene enormes implicaciones para la sociedad japonesa:

  • Económicamente, significa menos jóvenes trabajando y sosteniendo las pensiones y el sistema sanitario, que ya están bajo presión por la creciente población de adultos mayores.

  • Socialmente, supone el vaciamiento de pueblos y ciudades pequeñas, donde las escuelas y hospitales cierran por falta de usuarios.

  • Culturalmente, se enfrenta a un desafío en cuanto a la cohesión social y la continuidad de las tradiciones familiares y comunitarias.

 


🗣️ ¿Qué dice el gobierno?


El Ministerio de Salud ha calificado la situación como “una crisis que amenaza el futuro del país” y ha prometido reforzar las políticas de natalidad. Entre las medidas están el impulso de subsidios por hijo, ayudas para la educación y la mejora de las condiciones laborales de las mujeres, aunque muchos analistas consideran que las políticas actuales todavía son insuficientes y que se necesita un cambio profundo en la estructura social y económica.

 


🌸 ¿Qué opinan las familias?


Muchas parejas jóvenes dicen sentirse atrapadas entre la presión laboral y la falta de apoyo para conciliar el trabajo con la crianza. Otros señalan que, aunque hay subsidios, el costo de vida y la inestabilidad laboral pesan más que las ayudas ofrecidas. En palabras de una madre de Tokio:

No es solo una cuestión de dinero. Es sentir que vas a tener apoyo para criar a tu hijo sin renunciar a tu carrera ni quedarte sola”.

 Con este nuevo mínimo histórico de nacimientos, Japón se adentra en una etapa crucial en la que no solo está en juego el tamaño de su población, sino también su modelo social y económico.

La gran pregunta es si el país podrá dar la vuelta a esta tendencia antes de que sea demasiado tarde.



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