📍Naha | 19 de junio de 2025


Era una noche como cualquier otra en Naha, capital de la prefectura de Okinawa, cuando una familia que viajaba por una avenida transitada fue inesperadamente impactada por un automóvil.

El choque fue tan fuerte que cuatro personas resultaron heridas, algunas de ellas de gravedad. Lo más alarmante no fue solo el accidente, sino que el conductor responsable no se detuvo a ayudar.

Simplemente huyó, dejando atrás a los heridos en plena carretera.

El caso sacudió a la comunidad local. Pronto se supo que quien iba al volante era un joven soldado del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos.

 


🧑‍✈️ ¿Quién es el acusado?


El hombre acusado es Iván García Martínez (アイヴァン・ガルシアマルティネ) de 20 años de edad, soldado de primera clase destacado en la base militar estadounidense Camp Hansen, ubicada en Okinawa.

Esta base forma parte del extenso despliegue militar que Estados Unidos mantiene en Japón, y especialmente en esta isla del sur.

 


🧪 Lo que ocurrió, según la investigación


El 25 de mayo, García Martínez conducía su vehículo particular por la ruta nacional en el área de Aja, en Naha, bajo los efectos del alcohol.
En ese estado, colisionó contra otro automóvil, provocando un aparatoso accidente que dejó cuatro personas heridas, entre ellas miembros de una familia japonesa.

Sin embargo, y a pesar de la magnitud del choque, el joven no se detuvo para socorrer a los afectados ni llamó a emergencias.

En su lugar, se dio a la fuga, lo que en Japón se considera un delito muy grave conocido como  hikinige (ひき逃げ): «atropello con fuga».

 


🧑‍⚖️ ¿Qué cargos enfrenta?


El marine fue acusado formalmente el 13 de junio por la Fiscalía japonesa. Enfrenta varios cargos penales, entre ellos:

  • kashitsu unten chishō (過失運転致傷): conducción negligente con resultado de lesiones.

  • hikinige (ひき逃げ): abandono del lugar del accidente sin asistir a los heridos.

  • shuki obi unten (酒気帯び運転): conducir bajo los efectos del alcohol.

 


🗣️ ¿Qué dijo el acusado?


Durante los interrogatorios policiales, García Martínez declaró:

“No es que no quise ayudar a los heridos.”

Sin embargo, los investigadores señalan que sus acciones hablan por sí solas: tras causar el accidente, no se quedó, no pidió ayuda y dejó atrás a las víctimas, lo cual es una violación directa de las leyes de tránsito japonesas y de los principios humanitarios básicos.

 


🧭 ¿Por qué este caso genera tanto impacto en Japón?


Este no es solo un accidente de tránsito. Para muchos residentes de Okinawa, es un episodio más que se suma a una larga historia de incidentes protagonizados por militares estadounidenses.

Okinawa alberga más del 70% de las bases militares de EE. UU. en Japón, y durante décadas ha habido casos de crímenes, accidentes o comportamientos problemáticos por parte de algunos miembros del ejército. Aunque muchos soldados respetan las leyes locales, cada incidente como este genera tensión, dolor e indignación.

Además, existe un acuerdo bilateral llamado SOFA (Status of Forces Agreement), que determina cómo se manejan los delitos cometidos por personal militar en Japón. A menudo ha sido criticado por permitir que soldados involucrados en delitos graves sean protegidos o demorados en ser juzgados bajo leyes japonesas.

 


📌 ¿Qué viene ahora?


García Martínez ya fue formalmente acusado, por lo que afrontará un juicio en Japón bajo la legislación local. Según el Código Penal japonés y la Ley de Tránsito, podría enfrentar:

  • Hasta 10 años de prisión por abandono con lesiones

  • Multas elevadas

  • Una posible expulsión del país o repatriación si se llega a un acuerdo diplomático posterior

Las víctimas y sus familias, mientras tanto, enfrentan una recuperación larga y traumática, no solo por las lesiones físicas, sino también por el shock emocional.

 


🧩 Reflexión final


Este caso es un recordatorio doloroso de cómo un momento de irresponsabilidad, como conducir ebrio, puede cambiar vidas para siempre. También pone sobre la mesa temas profundos sobre la convivencia entre comunidades locales y personal militar extranjero, algo que sigue siendo una herida abierta en Okinawa.

Para muchos residentes, la justicia no se trata solo de castigar al culpable, sino de evitar que vuelva a ocurrir. La esperanza ahora está en que el juicio se lleve con transparencia y firmeza, y que este caso sirva como llamado de atención internacional.

 

©NoticiasNippon

Copy Protected by Chetan's WP-Copyprotect.