Cuando el fútbol se vuelve exclusivo: ¿quién podrá ver el Mundial?
📍Tōkyō | 4 de noviembre
El Mundial de Fútbol de 2026 marcará un antes y un después no solo en la historia del deporte, sino también en la forma en que los japoneses lo verán.
Por primera vez, los derechos de transmisión en Japón no estarán controlados por el tradicional “Japan Consortium” (NHK + cadenas privadas), sino por una alianza inédita entre el gigante tecnológico NTTドコモ y la plataforma deportiva DAZN.
Ambas empresas compartirán una inversión monumental: 300 mil millones de yenes, cifra que simboliza la nueva batalla por el control de las audiencias deportivas.
🔹 Del televisor al smartphone: una transición que define una era
Durante dos décadas —desde el Mundial 2002 Japón-Corea hasta el de Rusia 2018—, los japoneses siguieron los partidos a través de la fórmula clásica del Japan Consortium, que garantizaba acceso abierto y reparto equitativo entre NHK y las cadenas privadas (TBS, Fuji TV, TV Asahi, etc.).
Sin embargo, la explosión de los costos de derechos y el auge del consumo digital rompieron esa tradición. En Qatar 2022, la plataforma ABEMA sorprendió al adquirir la totalidad de los 64 partidos, ofreciendo un modelo de transmisión en línea gratuita con anuncios, lo que transformó radicalmente el mapa mediático.
El nuevo acuerdo NTTドコモ–DAZN profundiza ese cambio. Cada plataforma transmitirá 52 partidos, y NHK obtendrá sublicencias para ofrecer en señal abierta los más emblemáticos: los juegos de Japón, la inauguración y la final. El equilibrio entre lo digital y lo público busca que el evento mantenga su carácter nacional, pero adaptado a una era dominada por el streaming.
🔹 Una inversión colosal: el negocio detrás del Mundial
FIFA ha aumentado los precios en línea con la expansión del torneo: de 32 a 48 equipos y de 64 a 104 partidos. Esta reestructuración multiplica el contenido y, por ende, el valor comercial.
Mientras el Mundial de Qatar costó a los licenciatarios japoneses unos 200 mil millones de yenes, la nueva edición eleva la cifra un 50 %. La razón no es solo la cantidad de partidos, sino también el peso del mercado asiático en la estrategia global de FIFA: Japón representa un público tecnológicamente avanzado y altamente conectado.
La apuesta de NTTドコモ y DAZN es clara: convertir el fútbol en un eje de su ecosistema digital. NTT busca consolidar su servicio de video Lemino como un competidor local de Netflix o Amazon Prime Video, mientras DAZN refuerza su dominio como “la casa del deporte” en Japón.
🔹 Ventajas y retos para los aficionados
Los hinchas ganarán en accesibilidad digital —podrán ver partidos en cualquier dispositivo, desde el teléfono hasta la TV inteligente—, pero también enfrentan nuevos retos: suscripciones, diferencias de calidad y horarios incómodos.
El Mundial 2026 se jugará en Canadá, Estados Unidos y México, lo que significa partidos en la madrugada japonesa (entre las 2 y 7 a.m.). Eso limitará la audiencia en directo y podría reducir el interés de las cadenas comerciales para adquirir sublicencias.
Sin embargo, la transmisión bajo demanda permitirá ver los encuentros en diferido, algo que el público joven, acostumbrado a la flexibilidad del streaming, valora cada vez más.
🔹 Un mercado en transformación: del bien público al bien digital
La pregunta de fondo es filosófica y política: ¿debe el deporte de interés nacional depender de plataformas privadas?
El Reino Unido, por ejemplo, considera ciertos eventos —como la final del Mundial o los Juegos Olímpicos— “bienes públicos audiovisuales”, lo que impide su monopolio por servicios de pago.
En Japón, el debate recién comienza. El incremento de costos de derechos (también en los Juegos Olímpicos, donde los pagos del Japan Consortium llegaron a 660 mil millones de yenes en Tokio 2021) abre la discusión sobre la necesidad de una regulación que garantice acceso universal a los eventos de interés nacional.
El Ministerio del Interior y la Comisión de Comunicaciones han iniciado consultas sobre cómo equilibrar el libre mercado con el derecho a la información pública. Es posible que, tras el Mundial 2026, Japón reforme su legislación mediática en torno al deporte.
🔹 Conclusión: Japón se juega algo más que 90 minutos
El Mundial de 2026 será el primero con inteligencia artificial en la cobertura, comentarios interactivos y una estructura multiplataforma que reflejará el Japón hiperconectado de hoy.
Pero más allá del espectáculo, esta alianza marca un punto de inflexión en el ecosistema mediático: la convergencia entre tecnología, deporte y política cultural.
El país que en 2002 transmitió el Mundial con orgullo nacional ahora enfrenta el desafío de redefinir qué significa ver fútbol en la era digital.
En esta nueva cancha, la pelota no solo rueda: también se transmite, se monetiza y se legisla.

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