TOKIO.- En 2024, Japón alcanzó cifras históricas en cuanto a objetos y dinero en efectivo perdidos y entregados a la Policía Metropolitana.
Durante el año, se registraron aproximadamente 4,4 millones de artículos extraviados (440万), lo que representa un aumento del 8 % en comparación con 2023.
Entre estos objetos, se destacó un incremento notable en la pérdida de auriculares inalámbricos y dispositivos electrónicos pequeños.
Sin embargo, lo más sorprendente de este fenómeno fue la cantidad de dinero en efectivo encontrado y reportado: un total de 44,900 millones de yenes (44億9000万円), alrededor de 300 millones de dólares, marcando un récord sin precedentes.
No todo este dinero logró ser devuelto a sus dueños; aproximadamente 6,600 millones de yenes (6億6000万円, unos 44 millones de dólares, quedaron sin reclamar, lo que permitió que el Gobierno Metropolitano de Tokio los integrara a sus finanzas públicas.
Un sistema de objetos perdidos que asombra al mundo
Japón es reconocido globalmente por su eficiente y honesto sistema de gestión de objetos perdidos.
Tanto la policía como los ciudadanos juegan un papel clave en la devolución de pertenencias extraviadas.
Es común que las personas que encuentran dinero, billeteras o dispositivos en la calle o en el transporte público los entreguen voluntariamente a las autoridades.
Esta actitud refleja los valores de civismo, honestidad y ética profundamente arraigados en la sociedad japonesa.
¿Cómo funciona el sistema de objetos perdidos en Japón?
El procedimiento es sencillo y meticuloso:
1.Entrega del objeto: La persona que encuentra un objeto lo lleva a una comisaría de policía o a una oficina de objetos perdidos.
2.Intento de localizar al dueño: La policía trata de identificar al propietario usando la información disponible, como tarjetas de identificación o datos en dispositivos electrónicos.
3.Periodo de espera: Si el dueño no lo reclama en un plazo de tres meses, la persona que lo encontró tiene derecho a quedárselo.
4.Ingreso al gobierno: Si ni el dueño ni el hallador lo reclaman, el objeto o el dinero pasa a propiedad del gobierno.
Este sistema no solo fomenta la honestidad, sino que también genera confianza entre los ciudadanos, quienes saben que tienen una alta probabilidad de recuperar sus pertenencias si las pierden.
¿Por qué ha aumentado la cantidad de objetos y dinero extraviados en 2024?
El incremento en objetos y dinero perdidos tiene diversas explicaciones:
•Mayor movilidad tras la pandemia: Con la normalización de la vida cotidiana y la recuperación del turismo en Japón, más personas se desplazan por las ciudades, lo que aumenta las probabilidades de perder pertenencias.
•Más dispositivos electrónicos pequeños: El auge de auriculares inalámbricos y gadgets portátiles ha generado un aumento en este tipo de objetos extraviados.
•Mayor confianza en el sistema: La cultura japonesa promueve la devolución de objetos, y los ciudadanos confían en que si pierden algo, probablemente lo recuperarán. Esto incentiva a más personas a entregar lo que encuentran.
Impacto económico y social del dinero extraviado
El hecho de que miles de millones de yenes en efectivo queden sin reclamar y pasen a propiedad del gobierno es una señal de varios aspectos económicos y culturales en Japón:
•Sigue habiendo una alta circulación de efectivo: A pesar del crecimiento de los pagos digitales, muchas personas en Japón todavía prefieren usar billetes y monedas en su vida diaria.
•Recaudación para proyectos públicos: El dinero no reclamado es aprovechado por el Gobierno Metropolitano de Tokio para financiar distintas iniciativas urbanas.
•Fortalecimiento de la imagen de Japón como un país honesto: Este fenómeno refuerza la percepción internacional de Japón como una sociedad donde la integridad y la responsabilidad cívica son valores esenciales.
Conclusión: Japón, un país donde la confianza sigue vigente
En un mundo donde la desconfianza y la pérdida de valores cívicos son cada vez más comunes, Japón sigue siendo un ejemplo de honestidad y respeto mutuo.
La existencia de un sistema tan eficiente y el comportamiento cívico de la gente demuestran que, incluso en una metrópoli tan grande como Tokio, es posible mantener una cultura de integridad y confianza que sigue sorprendiendo al mundo.
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