TOKIO.- El 4 de marzo, un brutal ataque conmocionó al distrito de Fushimi, en la prefectura de Kioto.

Un hombre de 50 años, identificado como Kitamine Noriyuki  (北峯教男), apuñaló a sus propios padres en plena calle antes de huir en automóvil.

Este caso ha sacudido a la sociedad japonesa, no solo por la violencia del acto, sino porque refleja un problema cada vez más frecuente en el país: los conflictos familiares que terminan en tragedia.

 


¿Qué pasó?


Todo ocurrió en el barrio de Momoyama-cho. Kitamine, sin previo aviso, atacó a su madre (73 años) y a su padre (79 años) con un cuchillo, causándoles heridas en el rostro, la mandíbula y las manos. Aunque la escena fue aterradora, ambos sobrevivieron.

Después del ataque, el agresor se dio a la fuga en un coche. Más tarde, este vehículo apareció abandonado y completamente calcinado. La policía sospecha que él mismo lo incendió para borrar pruebas.

 


La cacería y captura de Kitamine


El ataque desató un operativo policial de gran escala. Durante cuatro días, las autoridades buscaron al sospechoso hasta que, hoy 8 de marzo, fue localizado en Kadoma, Osaka, a unos 40 km del lugar del crimen.

Cuando los oficiales lo detuvieron y le preguntaron por qué lo hizo, su respuesta fue desconcertante:

Quiero hablar con mi padre y mi madre.”

Sin embargo, no admitió ni negó haber intentado asesinarlos.

 


¿Por qué atacó a sus padres?


Esa es la gran incógnita. La policía aún investiga los motivos, pero hay algunos elementos clave en este caso:

•Kitamine no tenía una dirección fija ni un empleo conocido, lo que sugiere que podría haber estado atravesando dificultades económicas o personales.

•Aún no se sabe si existían antecedentes de conflictos familiares.

•Se analizará su estado psicológico para determinar si su comportamiento estuvo influenciado por alguna enfermedad mental.

Japón es un país con bajos índices de violencia, pero en los últimos años han aumentado los ataques dentro de las familias, muchas veces ligados a la crisis económica, el envejecimiento de la población y problemas de salud mental en no tratados.

 


¿Qué sigue ahora?


Las autoridades han centrado su investigación en tres puntos principales:

1.Confirmar si Kitamine incendió el coche intencionalmente para borrar huellas y dificultar su captura.

2.Determinar qué lo llevó a atacar a sus padres y si existían antecedentes de violencia o conflictos familiares.

3.Evaluar su estado mental para ver si hay algún trastorno que explique su conducta.

Este caso ha dejado muchas preguntas sin respuesta, pero lo cierto es que refleja una problemática social cada vez más visible en Japón.

Los conflictos familiares, antes casi invisibles, están emergiendo con fuerza en una sociedad que enfrenta retos económicos y demográficos sin precedentes.




Marco legal


El término 殺人未遂 (satsujin misui) se traduce como intento de asesinato en japonés. En el sistema legal de Japón, este delito está tipificado en el Artículo 203 del Código Penal Japonés, y se considera un crimen grave, aunque su castigo puede variar dependiendo de la gravedad del intento y las circunstancias específicas del caso.

 

1. Base legal

El Artículo 203 del Código Penal Japonés establece que quien intente cometer un asesinato y no logre su propósito será castigado conforme a las disposiciones del Artículo 199, que regula el delito de homicidio.

El Artículo 199, que define el asesinato, establece que el castigo por asesinato es la pena de muerte, cadena perpetua o una pena de prisión de al menos 5 años.

Como el intento de asesinato es un delito incompleto, el castigo se basa en el Artículo 43 del Código Penal, que permite reducir la pena para delitos en grado de tentativa.

 

2. Posibles sanciones por intento de asesinato

Dado que el intento de asesinato es un delito grave, el castigo suele ser severo, pero menor al del asesinato consumado. Dependiendo de las circunstancias, la pena puede ser:

•Pena de prisión de 2 años hasta cadena perpetua

•Reducción de la pena según el Artículo 43 si el tribunal considera que el intento estuvo muy lejos de consumarse

Por ejemplo:

•Si una persona ataca a otra con un cuchillo con la intención clara de matar, pero la víctima sobrevive, el agresor podría recibir entre 5 y 20 años de prisión.

•Si el atacante hizo un intento débil o desistió por sí mismo, la pena podría ser menor, pero aún así recibiría al menos 2 años de prisión.

 

3. Factores que afectan la sentencia

El castigo puede variar dependiendo de factores como:

•Gravedad del intento: ¿El atacante realmente intentó matar o solo amenazó?

•Daño causado a la víctima: Si la víctima quedó gravemente herida, la pena puede ser más severa.

•Arrepentimiento y cooperación: Si el acusado muestra arrepentimiento y coopera con la justicia, la pena podría reducirse.

•Circunstancias atenuantes o agravantes: Como abuso de drogas, venganza, asesinato por encargo, entre otros.

 

4. Casos reales en Japón

Algunos ejemplos de sentencias en Japón incluyen:

•Caso de apuñalamiento en un tren (2021): Un hombre atacó a varias personas en un tren de la línea Odakyu con un cuchillo. Fue condenado a 23 años de prisión por intento de asesinato.

•Intento de asesinato con veneno (2020): Una mujer intentó envenenar a su esposo con pesticidas. Recibió 10 años de prisión.

•Ataque con ácido en una estación (2021): Un hombre arrojó ácido sulfúrico al rostro de otro en una estación de Tokio. Fue condenado a 9 años de prisión.

 

5. Diferencia con otros delitos relacionados

Japón diferencia claramente entre intento de asesinato y otros delitos similares:

Asesinato

Matar intencionalmente a otra persona

Sanción: Pena de muerte, cadena perpetua o 5+ años de prisión

Intento de asesinato
Intentar matar pero sin éxito

Sanción : Desde 2 años de prisión hasta cadena perpetua

Homicidio involuntario por lesiones
Golpear a alguien causando la muerte sin intención de matar

Sanción: entre 3 a 20 años de prisión

•Lesiones graves
Herir gravemente sin intención de matar

Sanción: Hasta 15 años de prisión o multa de hasta 500,000 yenes

6. Conclusión

El intento de asesinato en Japón es un crimen grave, y las penas pueden ser severas, llegando hasta la cadena perpetua en los casos más extremos. Sin embargo, las sentencias varían dependiendo de la gravedad del ataque, la intención y la cooperación del acusado con la justicia.

 




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