TOKIO.- Un conductor de autobuses de la ciudad de Kioto, con una larga trayectoria de 29 años de servicio, fue despedido por tomar indebidamente dinero de los pasajeros.
Como consecuencia, perdió su jubilación completa, que ascendía a más de 12 millones de yenes.
¿Qué ocurrió exactamente?
En el año 2022, un grupo de cinco pasajeros subió al autobús y pagó en conjunto 1.150 yenes. El conductor les indicó que depositaran 150 yenes en monedas en la caja correspondiente, pero recibió en mano un billete de 1.000 yenes y no lo ingresó correctamente ni lo reportó como se debía. Toda la escena fue registrada por una cámara de seguridad instalada en el autobús.
Cuando su supervisor lo confrontó, el conductor intentó negar lo ocurrido, lo que también se tuvo en cuenta como un agravante.
¿Por qué perdió su pensión?
La ciudad decidió despedirlo de forma disciplinaria, lo cual anula automáticamente el derecho a recibir el paquete de retiro, ya que se trata de una infracción grave relacionada con el manejo de fondos públicos.
El conductor presentó una demanda argumentando que la sanción era desproporcionada, especialmente considerando que se trataba de un monto pequeño y que tenía casi tres décadas de servicio. Un tribunal local le dio la razón, considerando que la medida era excesiva.
Sin embargo, el Tribunal Supremo de Japón anuló esa decisión y ratificó el despido original, apoyando la postura del gobierno local.
Argumento del tribunal y la ciudad
El fallo final señaló que el acto del conductor, aunque fuera por una cantidad pequeña, podría socavar la confianza del público en el sistema de transporte y en el correcto uso del dinero de los pasajeros.
Además, el historial del conductor incluía otros incidentes disciplinarios, como fumar cigarrillos electrónicos durante su jornada laboral (aunque sin pasajeros a bordo).
El departamento de transporte de Kioto justificó la sanción argumentando que sus conductores trabajan de forma independiente y manejan dinero público, por lo que mantener altos estándares de integridad es esencial para el servicio y la confianza ciudadana.
Marco legal
Aplicable al caso
1.Ley de Funcionarios Públicos Locales (地方公務員法, Chihō Kōmuin-hō)
Esta ley regula el comportamiento de empleados públicos locales como los conductores de autobuses municipales. El Artículo 29 establece que un empleado puede ser despedido por mala conducta, especialmente si afecta la confianza en la administración pública.
2.Reglamento de Servicio del Transporte Público Municipal (Kioto)
Aunque no se ha publicado el reglamento completo, se sabe que existe un conjunto de normas internas específicas para los empleados del transporte público. Estas suelen incluir cláusulas sobre la prohibición de uso indebido del dinero del pasaje, así como sobre el comportamiento dentro del servicio.
3.Código Penal Japonés (刑法, Keihō)
En casos más graves, tomar dinero sin autorización podría interpretarse como malversación (業務上横領, gyōmu-jō ōryō) un delito que puede ser castigado con hasta 10 años de prisión. Sin embargo, en este caso no se aplicó esa figura penal, sino medidas administrativas disciplinarias.
En síntesis
Este caso ilustra cómo la ética y la confianza pública son valores fundamentales en el empleo público en Japón, incluso cuando se trata de sumas mínimas. La justicia japonesa valoró no solo el hecho puntual, sino el impacto simbólico que podía tener en la imagen de todo un sistema de transporte.
También es un ejemplo contundente de cómo una mala decisión en el momento equivocado puede tener consecuencias enormes, incluso cuando alguien ha trabajado casi tres décadas en un mismo lugar.
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