📍Tōkyō | 12 de mayo de 2025
Un caso ha generado inquietud tanto entre comerciantes como entre amantes de la jardinería tradicional japonesa.
La Policía Metropolitana de Tokio ha arrestado a Pham Minh Duc, un ciudadano vietnamita de 30 años y desempleado, por su participación en el robo de 22 bonsáis en una tienda especializada ubicada en la ciudad de Akishima (昭島市), al oeste de la capital.
Según la División de Investigaciones Especiales N.º 3, el delito se habría cometido durante la madrugada del 7 de diciembre de 2024, cuando tres personas ingresaron ilegalmente a un vivero cerrado y sustrajeron bonsáis valuados en un total de 668,000 yenes entre ellos un ejemplar de kuromatsu (pino negro japonés) con un valor individual cercano a los 100,000 yenes.
🧑⚖️ ¿Qué dijo el sospechoso?
Pham declaró ante las autoridades que “había perdido su trabajo y se quedó sin ingresos”, razón por la cual respondió a una oferta de empleo vista en Facebook, que supuestamente consistía en conducir un vehículo.
Más tarde, descubrió que se trataba de una operación para robar en una tienda de jardinería. «Solo era el conductor», afirmó.
Las cámaras de seguridad del vecindario captaron a otros dos hombres acompañándolo, lo que refuerza la sospecha de que se trata de un grupo organizado con roles definidos, posiblemente parte de una red que se dedica al robo de bienes de alto valor en Japón, con la intención de revenderlos en el mercado negro, tanto dentro como fuera del país.
🌍 Contexto social: vulnerabilidad laboral y redes criminales
El caso de Pham Minh Duc no es aislado. En los últimos años se han registrado en Japón diversos robos de frutas de lujo, maquinaria agrícola y bonsáis, muchos de ellos vinculados a extranjeros desempleados o con visados vencidos.
Las redes sociales y plataformas digitales han sido utilizadas por grupos criminales para reclutar mano de obra barata o desesperada, ofreciendo trabajos que terminan siendo actividades ilícitas.
El fenómeno pone de relieve una situación compleja: migrantes en situación vulnerable, sin red de apoyo ni alternativas económicas, que caen fácilmente en manos de redes delictivas organizadas que operan de forma silenciosa en el país.
⚖️ Marco legal aplicable
Pham Minh Duc enfrenta cargos por:
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窃盗罪 (Settō-zai) – Robo
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Artículo 235 del Código Penal japonés.
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Pena: hasta 10 años de prisión o una multa de hasta 500,000 yenes.
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建造物侵入罪 (Kenzōbutsu shinnyū-zai) – Allanamiento de propiedad privada con fines delictivos
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Artículo 130 del Código Penal japonés.
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Pena: hasta 3 años de prisión o multa de hasta 100,000 yenes.
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Si se determina que hubo premeditación o que actuó como parte de una organización criminal, podrían aplicarse agravantes conforme al Artículo 60 (autoría conjunta) y Artículo 62 (cómplice), lo cual incrementa la responsabilidad penal.
La policía continúa la búsqueda de los otros dos implicados. Si se comprueba la existencia de una red dedicada al tráfico ilegal de bonsáis, el caso podría escalar y abrir una investigación transfronteriza en colaboración con la INTERPOL o agencias migratorias.
🌱 Más que un simple robo: pérdida cultural
El robo de bonsáis no representa únicamente una pérdida económica. Cada bonsái, especialmente los más antiguos, son obras de arte vivientes que requieren décadas de cuidado especializado.
Para muchos japoneses, estos árboles en miniatura son símbolos de paciencia, respeto por la naturaleza y armonía, lo que convierte este tipo de crímenes en una afrenta al patrimonio cultural japonés.
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