📍Tōkyō | 12 de mayo de 2025
Una tarde lluviosa del domingo 11 de mayo, el silencio habitual del barrio Wakaba, en la ciudad de Chiba, se rompió por un crimen desgarrador.
A las 17:00 horas aproximadamente, una vecina de 84 años, Takahashi Yao, fue encontrada tendida en el pavimento, con una profunda herida en la espalda causada por un arma blanca.
Aún respiraba, pero su vida no pudo ser salvada. Falleció en el hospital poco después.
La señora Takahashi era una residente de toda la vida en el área. Según sus vecinos, vivía tranquilamente con su familia, saludaba a quien se cruzara con ella y solía salir a comprar en los alrededores.
“Era una mujer amable, reservada, pero siempre saludaba. Me cuesta creer que esto le haya pasado”, contó una vecina que vive en el mismo edificio.
🕵️♀️ Un menor arrestado tras una rápida investigación
La policía de la prefectura de Chiba analizó de inmediato las cámaras de vigilancia del área y tomó testimonio de los vecinos.
En menos de 24 horas, lograron identificar a un sospechoso: un adolescente de 15 años, estudiante de tercer año de secundaria, que vive también en la ciudad.
El 12 de mayo por la tarde, el joven fue arrestado bajo sospecha de homicidio, y según fuentes policiales, confesó sin dudar: Machigainaidesu「間違いないです」(«No hay error, fui yo»).
El crimen conmocionó a la comunidad, no solo por la brutalidad, sino porque la víctima y la agresora no se conocían.
No hubo robo, ya que la anciana tenía consigo dinero en efectivo al momento del ataque. La policía continúa interrogando al menor para esclarecer el móvil.
🧠 Un vecindario en shock y niños con miedo
Una madre del vecindario relató: “Cuando regresamos a casa a las 7 de la noche, había patrullas, luces, y policías revisando el suelo bajo la lluvia hasta bien entrada la noche. Mi hijo pequeño está muy asustado, y hoy lo dejé faltar a la escuela. Afortunadamente, desde la escuela nos dijeron que no contará como falta”.
⚖️ Marco legal
¿Qué pasa cuando un menor de edad comete asesinato?
En Japón, los menores de 20 años son considerados «menores» ante la ley penal (少年), pero eso no significa impunidad. El sistema jurídico japonés distingue varios escenarios según la edad y la gravedad del delito.
🔸 A partir de los 14 años, los menores sí pueden ser detenidos por delitos graves, como el homicidio.
🔸 Sin embargo, los casos no van directamente a juicio penal como en adultos. Primero, pasan al Tribunal de Familia (家庭裁判所), que evalúa el entorno familiar, historial del menor, estado psicológico y grado de responsabilidad.
El tribunal puede decidir:
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Internación en un centro juvenil (少年院): Reeducación y tratamiento obligatorio.
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Supervisión bajo libertad vigilada (保護観察).
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Derivación a juicio penal formal, solo en casos extremadamente graves, y generalmente si el menor tiene 16 años o más. Para menores de 15, como en este caso, es muy inusual, pero no imposible, especialmente si hay peligro social o se considera un crimen extremadamente brutal.
⚠️ Posibles sanciones para el adolescente
Dado que el menor tiene 15 años, no será juzgado como adulto. Sin embargo, enfrentará una de las siguientes sanciones, si el tribunal considera que tuvo plena conciencia de su acto:
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Internamiento de hasta los 20 años en un centro juvenil.
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Tratamiento psiquiátrico obligatorio si se detectan trastornos mentales.
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En casos especiales, si se considera que actuó con extrema violencia o con reincidencia, podría prolongarse su reclusión incluso después de los 20 años bajo supervisión judicial.
Todo dependerá de:
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Evaluaciones psicológicas.
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Informe de la fiscalía y policía.
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Riesgo de reincidencia.
🧭 Reflexión final: un crimen sin sentido que deja heridas profundas
Este caso está aún en desarrollo, pero ya ha dejado una huella profunda en la comunidad. No solo una familia perdió a su madre y abuela, sino que también una familia verá a su hijo menor entrar al sistema judicial por un crimen cuya motivación aún no se ha explicado.
Mientras tanto, los vecinos sienten una mezcla de tristeza, inseguridad y confusión. Japón, conocido por su bajo índice de criminalidad, ha enfrentado en los últimos años casos esporádicos de ataques sin motivo (“無差別殺人”), que despiertan debates sobre la salud mental juvenil, el aislamiento social y el tratamiento penal de los menores.
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