📍Tōkyō | 15 de mayo de 2025
El emperador Naruhito, realizó una ceremonia agrícola simbólica en los terrenos del Palacio Imperial de Tokio.
El monarca plantó brotes de arroz a mano, en una actividad que resalta la conexión espiritual y cultural que la Casa Imperial mantiene con la agricultura.
Vestido con ropa sencilla y botas de goma, el emperador ingresó al pequeño arrozal de 240 metros cuadrados dispuesto dentro del palacio.
Allí, con sumo cuidado, colocó 20 plántulas de arroz: de la variedad no glutinoso nihonmasari, usada para arroz blanco común, y de la variedad glutinosa mangetsumochi, utilizada para elaborar mochi (pasteles de arroz).
Otaue
Este ritual no es nuevo. Fue iniciado por su abuelo, el emperador Shōwa (Hirohito), con el objetivo de resaltar la importancia del cultivo de arroz como base de la cultura y alimentación japonesa. Además, el acto expresa respeto hacia los agricultores y hacia la naturaleza.
El arroz plantado será cosechado en otoño y posteriormente ofrecido a las deidades sintoístas durante ceremonias religiosas privadas, reafirmando el papel espiritual del emperador como símbolo de unidad del pueblo y mediador entre lo terrenal y lo divino en la tradición sintoísta.
En síntesis
A pesar de la modernidad del Japón actual, estas prácticas reafirman el vínculo milenario del país con la agricultura y la naturaleza, elementos clave en la identidad japonesa.
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