📍Tōkyō | 18 de mayo de 2025


Hoy domingo , Japón celebra una efeméride poco conocida pero profundamente enraizada en su historia industrial: el  18-Rittoru kan no hi – 18リットル缶の日 (Día del Lata de 18 Litros).

Aunque pueda parecer un simple objeto metálico usado para almacenar líquidos, detrás de esta icónica lata hay una historia de evolución tecnológica, cambios sociales y adaptación a los tiempos modernos.

La fecha fue establecida por la Federación Nacional de Sindicatos de la Industria de Latas de 18 Litros, con sede en el tradicional barrio de Nihonbashi-Kayabachō, en Tokio.

En el año 2000, esta efeméride fue oficialmente reconocida por la Asociación Japonesa de los Días Conmemorativos.

¿La razón? Honrar la transición del antiguo nombre lata de 5 galones al más preciso y estandarizado lata de 18 litros, combinación que inspiró la elección del 5/18 como fecha simbólica.

 


Una lata, muchas historias


El origen de esta lata se remonta a la era en que se utilizaban principalmente para almacenar petróleo, y por eso inicialmente se las llamaba sekiyu-kan – 石油缶 (lata de petróleo).

Sin embargo, debido a su capacidad, empezaron a conocerse también como ittokan ( 一斗缶). Aquí entra en juego el sistema de medidas tradicional japonés:

•10勺 = 1合

•10合 = 1升

•10升 = 1斗

•1斗 equivale a unos 18.039 litros

Este sistema fue ampliamente usado en la vida diaria japonesa hasta que fue sustituido tras la guerra por el sistema métrico.

Durante un tiempo, Japón también adoptó la referencia anglosajona y comenzó a llamar a estas latas “Go garon kan – 5 ガロン缶” (5 galon kan), dado que un galón líquido estadounidense equivale a unos 3.785 litros y cinco de ellos suman, precisamente, algo más de 18 litros.

Con el paso de los años, y la necesidad de establecer estándares industriales, estas latas pasaron a denominarse oficialmente “18-Rittoru kan  – 18リットル缶”  bajo las normas JIS (Japanese Industrial Standards).

Aun así, en fábricas, ferreterías, y entre los trabajadores más veteranos, el término “一斗缶” aún sobrevive como parte de la memoria viva del país.

 


Un símbolo del trabajo diario


Aunque no suelen ser noticia, estas latas siguen presentes en miles de fábricas, talleres y empresas de todo Japón. Se utilizan para transportar pinturas, aceites lubricantes, adhesivos, productos químicos, y en algunos casos, incluso alimentos líquidos a granel.

En un país donde la estandarización y la precisión son valores fundamentales para el desarrollo económico, la existencia de envases como la lata de 18 litros ha facilitado el trabajo logístico, el control de calidad y la producción en cadena desde hace más de medio siglo.

 


Más que un contenedor: una cápsula de historia


Este pequeño homenaje a un objeto cotidiano nos recuerda que la historia industrial también se encuentra en los detalles aparentemente insignificantes. Una simple lata puede contener no solo pintura o aceite, sino también décadas de evolución, normas técnicas, herencias culturales y adaptación social.

En un momento en que Japón apuesta por la sostenibilidad, muchas de estas latas son reutilizables y reciclables, aportando así a la economía circular del país. Algunas empresas incluso las rediseñan como objetos decorativos o las integran en proyectos de arte industrial.

Este 18 de mayo, mientras miles de trabajadores manipulan sin pensarlo una lata de 18 litros en algún rincón del país, vale la pena detenerse y reconocer que incluso el envase más humilde puede contar una gran historia.

Una historia de Japón, de su gente trabajadora, y de su incansable camino hacia la precisión y la eficiencia.

 


 


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