La policía mantiene abierta la investigación del asesinato de una familia japonesa
📍Tokyo / 31 de diciembre
Han pasado 25 años desde aquella noche de diciembre en Setagaya, Tokio, cuando la vida de la familia Miyazawa quedó brutalmente interrumpida. El 30 de diciembre de 2000, Miyazawa Mikio (44), su esposa Yasuko y sus hijos, la pequeña Niina y el niño Rei, fueron asesinados en su hogar. Desde entonces, el barrio, la ciudad y el país han cargado con una pregunta que no encuentra descanso: ¿quién fue y por qué?
Con el paso del tiempo, las investigaciones sobre los llamados “cold cases” se vuelven cuesta arriba. Las pruebas físicas se deterioran, los recuerdos se desvanecen, las pistas se enfrían. Sin embargo, la ciencia ha seguido avanzando. Y en Japón, la tecnología de ADN se ha convertido en una herramienta decisiva para dar nueva vida a expedientes que parecían condenados al silencio.
En el caso Miyazawa, la policía cuenta con material genético del agresor hallado en la escena. No es un dato menor: en otros casos ocurridos en Mie y Nagoya, la revisión de ADN tras la abolición de la prescripción en homicidios permitió identificar sospechosos y realizar arrestos años después. Para los investigadores, cada mejora técnica —por mínima que parezca— es una ventana que vuelve a abrirse.
Para la sociedad japonesa, este aniversario no es solo una cifra. Es memoria, duelo y una demanda constante de verdad. Para la familia, es una espera larga y dolorosa —una espera que intenta aferrarse a la esperanza de que algún día, con ayuda de la ciencia y la perseverancia judicial, la justicia llegue de forma limpia y respetuosa.
⚖️ Marco legal
🔹 Fin del plazo de prescripción para homicidio en Japón
En 2010 (Heisei 22), Japón abolió la prescripción para el delito de homicidio y otros crímenes graves. Antes, transcurridos ciertos años, el Estado ya no podía procesar penalmente al responsable. Hoy:
- El homicidio ya no prescribe.
- Los casos antiguos siguen investigándose aunque el delito haya ocurrido antes de la reforma.
- La prueba científica —especialmente el ADN— ha ganado un peso decisivo ante tribunales y fiscalías.
Esto significa que si se logra identificar al autor del caso de Setagaya, podrá ser procesado, sin importar el tiempo transcurrido.
🧬 El valor del ADN en los “cold cases”
- Permite comparar perfiles genéticos almacenados en bases de datos o en nuevas investigaciones.
- Admite reexámenes con tecnologías más precisas que no existían hace años.
- Puede convertirse en la prueba clave de identificación, como ya ha ocurrido en otros casos en Japón.
En Setagaya, existe ADN del agresor. Ese dato sigue siendo el faro.
🫶 Tono humano y de respeto
Más allá de lo policial y lo técnico, este caso nos recuerda algo esencial:
detrás de cada expediente hay personas, hay familias, hay una comunidad que no olvida.
El periodismo responsable acompaña esa memoria sin sensacionalismo, sin morbo, señalando avances, vacíos y esperanzas. Y recordando que la justicia no es solo castigo, sino también verdad y dignidad.
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