TOKIO.- El 15 de enero de 2025 marca cinco años desde la confirmación del primer caso de COVID-19 en el archipiélago nipón.

 

Durante este periodo, el país ha enfrentado múltiples olas de la pandemia, lo que ha provocado un impacto profundo en la sociedad y en su sistema de salud.

Según estimaciones recientes basadas en investigaciones de anticuerpos realizadas por el Ministerio de Salud, para marzo de 2024 más de 70 millones de personas en Japón habían sido infectadas, representando aproximadamente el 60.7% de la población.

Además, datos demográficos indican que para agosto de 2024, el número acumulado de muertes atribuibles al virus superaba las 130,000.


Paciente cero


El 16 de enero de 2020, Japón confirmó su primer caso de COVID-19.

  • Se trataba de un hombre de unos 30 años que había regresado recientemente de Wuhan, China, lugar donde se originó el brote.
  • El paciente fue hospitalizado tras presentar fiebre y problemas respiratorios.
  • Las autoridades sanitarias identificaron el virus como el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2).
  • Este caso marcó el comienzo de las medidas preventivas en Japón, incluyendo controles en aeropuertos y campañas para promover el uso de mascarillas y el distanciamiento social.

 

 


Pandemia: Picos y patrones


El año 2022 representó un punto álgido en la tasa de infecciones y muertes, impulsado principalmente por la variante Ómicron, conocida por su alta transmisibilidad.

Aunque desde entonces el número de fallecimientos ha disminuido, las cifras continúan siendo considerablemente más altas que las asociadas a la influenza estacional.

Además, el patrón de propagación del virus se ha consolidado con picos recurrentes durante el verano y el invierno, lo que obliga a las autoridades a mantenerse en constante estado de alerta.


Medidas de mitigación


Desde el inicio se preveía que gran parte de la población se infectaría en algún momento. El desarrollo rápido de vacunas efectivas junto con otras medidas de prevención, han contribuido a disminuir la magnitud de las olas epidémicas.

Sin embargo, a pesar de los avances, el COVID-19 continuará siendo un reto para la sociedad. Por ello, los especialistas instan a reforzar las medidas básicas de prevención y a desarrollar sistemas de apoyo sostenibles que permitan mitigar el impacto del virus a largo plazo.

 


Muertes


  • 2020: 3,466 personas
  • 2021: 16,766 personas
  • 2022: 47,638 personas
  • 2023: 38,086 personas
  • 2024: 26,302 personas (hasta agosto)


Síntomas


Los síntomas del COVID-19 pueden variar ampliamente entre las personas, desde casos asintomáticos hasta cuadros graves.

Se dividen en tres categorías:

1. Síntomas comunes (aparecen en la mayoría de los casos):

•Fiebre

•Tos seca

•Fatiga

2. Síntomas menos frecuentes (pueden presentarse en algunas personas):

•Dolores musculares o articulares

•Dolor de garganta

•Diarrea

•Dolor de cabeza

•Pérdida del olfato (anosmia) o del gusto (ageusia)

•Erupciones cutáneas o decoloración en los dedos de manos o pies

3. Síntomas graves (requieren atención médica inmediata):

•Dificultad para respirar o sensación de falta de aire

•Dolor o presión en el pecho

•Confusión

•Incapacidad para mantenerse despierto

•Piel, labios o uñas azuladas

 

Duración y evolución:

•Los síntomas suelen aparecer entre 2 y 14 días después de la exposición al virus.

•En casos leves, los síntomas desaparecen en 1-2 semanas. En casos graves, pueden persistir por más tiempo y causar complicaciones.

 


Datos de seroprevalencia y desafíos futuros


La investigación de marzo de 2024, realizada por el Ministerio de Salud en 22 prefecturas, reveló que el 60.7% de la población portaba anticuerpos contra el COVID-19, lo que refleja una exposición amplia al virus.

Este porcentaje equivale a aproximadamente 73 millones de personas, muchas de las cuales podrían haberse infectado en más de una ocasión.


Conclusión: Lecciones y perspectivas


Cinco años después del inicio de la pandemia, Japón ha conseguido avances significativos en la contención del COVID-19, pero el virus sigue representando una amenaza constante.

Tanto las autoridades como los expertos coinciden en la necesidad de mantener la vigilancia y seguir desarrollando estrategias para minimizar su impacto en la sociedad.

 


EL DATO

Las lecciones aprendidas durante este periodo serán cruciales para afrontar futuras emergencias sanitarias.



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