WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se pronunció rápidamente sobre la muerte de Abdallah Maki Mosleh al-Rufayi, alias Abu Khadija, un alto líder del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS), en un ataque aéreo en la provincia de Anbar.
A través de su plataforma Truth Social, destacando que al-Rufayi fue “cazado sin descanso” por las fuerzas aliadas. Trump calificó la operación como un éxito en la lucha contra el terrorismo y elogió la cooperación entre los gobiernos de Irak, el Kurdistán iraquí y Estados Unidos.
Su declaración refuerza el papel clave que desempeñó su administración en la lucha contra ISIS, recordando que bajo su mandato se eliminó en 2019 a Abu Bakr al-Baghdadi, el líder máximo de la organización terrorista. Trump ha sido un firme defensor de una política de mano dura contra el terrorismo islámico y ha criticado cualquier retirada prematura de tropas en Medio Oriente.
¿Por qué es importante la muerte de al-Rufayi?
Era considerado el número dos de ISIS y tenía un rol clave en la financiación y planificación de ataques internacionales. Su muerte representa un golpe significativo para la estructura de la organización, aunque no significa su desaparición definitiva. A lo largo de los años, ISIS ha demostrado una gran capacidad de reestructuración tras la pérdida de líderes, y todavía mantiene presencia en zonas desérticas de Irak y Siria.
El ataque contra al-Rufayi ocurre en un momento en que Irak y Siria refuerzan su cooperación para evitar un resurgimiento de ISIS. En la misma jornada en que se anunció su muerte, los cancilleres de Irak y Siria se reunieron para discutir estrategias conjuntas contra el terrorismo.
¿Qué sigue en la lucha contra ISIS?
Aunque en 2017 Irak proclamó la derrota de ISIS, el grupo sigue activo en algunas zonas rurales y lleva a cabo atentados esporádicos contra fuerzas de seguridad. Además, la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria ha generado preocupaciones sobre un posible resurgimiento de la organización.
Estados Unidos tiene previsto reducir su presencia militar en Irak para 2025, lo que ha generado dudas sobre la capacidad de las fuerzas iraquíes para mantener la estabilidad sin apoyo extranjero. Sin embargo, el gobierno de al-Sudani insiste en que el país está listo para afrontar la amenaza terrorista por sí solo.
Conclusión
La eliminación de al-Rufayi es un éxito militar que refuerza la cooperación entre Irak, Estados Unidos y el Kurdistán en la lucha contra ISIS. Para Trump, representa una confirmación de su política antiterrorista y un nuevo argumento en su discurso de campaña, donde insiste en que su liderazgo fue clave en la derrota de grupos extremistas. Sin embargo, la historia ha demostrado que la muerte de un líder terrorista no significa el fin de la amenaza, y el desafío de mantener la estabilidad en Medio Oriente sigue vigente.
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