El tribunal no sólo se enfocó en exonerar a Maekawa, sino que también cuestionó abiertamente las prácticas de la policía, la fiscalía y del propio sistema judicial:
📍Tōkyō | 18 de Julio de 2025
A las 2 de la tarde del viernes, en una sala solemne del tribunal de apelación de Nagoya (sucursal Kanazawa), la voz del juez Masuda Keisuke rompió casi cuatro décadas de silencio y carga emocional:
“El tribunal declara a Maekawa Akiji, inocente”.
Maekawa Akiji, un hombre de 60 años, escuchó el veredicto con los ojos firmes al frente y el rostro contenido. No lloró. Solo asintió levemente, como quien finalmente respira después de haber estado ahogándose bajo el agua durante casi media vida.
📌 ¿Qué pasó? Una historia marcada por la prisa y la presión
Corría marzo de 1986 cuando Fukui, una tranquila ciudad al oeste de Japón, se estremeció con una noticia dolorosa: una estudiante de secundaria de tercer año fue brutalmente asesinada a puñaladas en su casa mientras hacía de niñera. El crimen sacudió a la comunidad, y la policía, bajo una enorme presión pública, no lograba dar con un sospechoso.
Un año después, sin pruebas físicas contundentes, fue arrestado un joven de 21 años llamado Maekawa Akiji, quien vivía en las cercanías.
El único indicio en su contra: el testimonio de un conocido que afirmó haberlo visto con sangre después del crimen, supuestamente tras ver un programa musical en la televisión.
⚖️ Una justicia que primero dudó, luego condenó
En 1990, el tribunal de Fukui consideró que no había pruebas suficientes. Maekawa fue absuelto. Pero la historia dio un giro siniestro cinco años después: el tribunal de apelación en Kanazawa revocó la absolución y lo condenó a 7 años de prisión, dándole peso total al testimonio del conocido. El fallo fue ratificado por la Corte Suprema.
Cumplió su condena. Salió en 2004. Pero no quedó en paz.
🛤️ Una travesía de dos décadas: la búsqueda de la verdad
Maekawa pasó los últimos 20 años luchando para que su caso fuera revisado, acompañado por un equipo de abogados que nunca se rindió.
En 2011, se aceptó un primer intento de reabrir el juicio, pero fue revocado por una apelación fiscal. Todo quedó en pausa… hasta 2022.
Ese año, la defensa solicitó una segunda revisión y exigió a la fiscalía abrir archivos que nunca habían sido revelados.
Gracias a la presión del tribunal, se entregaron 287 documentos inéditos, entre ellos un dato crucial que tumbó toda la estructura de la acusación original:
📺 El programa de televisión que supuestamente el testigo vio junto a Maekawa la noche del crimen no se emitió ese día, sino una semana después.
Eso significaba una cosa: el testimonio era falso o inducido por presión policial.
🧑⚖️ La sentencia: una autocrítica histórica
En el fallo de este viernes, el juez no solo absolvió a Maekawa, sino que expresó dudas profundas sobre la conducta de la policía y de la fiscalía.
Afirmó que existía una alta probabilidad de que la policía hubiese inducido el testimoniocuando la investigación se estancó.
También señaló que no es posible confiar en una condena basada en una sola declaración imprecisa, y que la ocultación de pruebas por parte del Estado había impedido que la verdad saliera a la luz a tiempo.
🗣️ La voz de Maekawa: “No pido venganza, solo verdad”
La mañana del fallo, desde su hogar en Fukui, Maekawa dio unas palabras tranquilas pero contundentes:
“No estoy nervioso. Solo deseo que el fallo se base en los hechos y en la razón. No hay otra salida que la absolución.”
Y agregó:
“No solo la policía y la fiscalía deben asumir su responsabilidad. También el poder judicial. Este fallo debe abrir la puerta para que otros casos de injusticia puedan corregirse. Lo que me hicieron no debe repetirse.”
🧾 El precio de la injusticia: casi media vida perdida
Maekawa perdió su juventud, sus relaciones, su carrera y, por muchos años, su dignidad. Fue etiquetado como asesino, cumplió condena y luego tuvo que luchar por décadas para demostrar que siempre había dicho la verdad.
Este viernes, no recuperó el tiempo perdido. Pero recuperó algo esencial: su nombre.
🧩 Contexto legal: ¿Qué es una “revisión” (再審, saishin)?
En Japón, la revisión de un caso con sentencia firme es extremadamente rara. Solo se concede si hay pruebas nuevas o graves irregularidades procesales.
El caso Maekawa ahora se convierte en referente para otros procesos de revisión en curso, como el famoso caso de Iwao Hakamada.
🌱 Una esperanza para otros
La sentencia de hoy no es solo el final de una pesadilla para Maekawa, sino una llamada de atención para todo el sistema judicial japonés. ¿Cuántos otros inocentes estarán aún esperando, en silencio, justicia?
⚖️ Proceso judicial: un camino de contradicciones
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1990: El tribunal de primera instancia de Fukui lo declara inocente, señalando la falta de evidencia concreta.
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1995: El tribunal de apelación revoca el fallo y lo condena a 7 años de prisión, dando por válido el testimonio del testigo.
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2004: Maekawa sale de prisión y comienza su cruzada por la revisión del caso (再審請求, saishin seikyū).
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2011: Se ordena un primer juicio de revisión, pero el fiscal se opone.
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2013: Se revoca el inicio de la revisión.
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2022: Se acepta un nuevo proceso de revisión, gracias a la presentación de 287 nuevas pruebas, incluyendo documentos policiales no revelados en el juicio original.
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