ROMA.- El Vaticano informó el viernes 28 de febrero (1 de marzo en Japón) que el Papa Francisco sufrió una “crisis aislada de broncoespasmo”, lo que provocó un repentino empeoramiento de su cuadro respiratorio.


Este episodio ocurrió en la tarde, luego de que el Pontífice pasara la mañana alternando sesiones de fisioterapia respiratoria con momentos de oración en la capilla.

 


¿Qué es un broncoespasmo y qué implicaciones tiene?


Un broncoespasmo ocurre cuando los músculos de los bronquios se contraen de forma anómala, reduciendo el flujo de aire hacia los pulmones.

Es un síntoma común en enfermedades respiratorias como el asma, la bronquitis crónica o infecciones pulmonares, y puede provocar dificultad para respirar, sibilancias y sensación de ahogo.

En este caso, la crisis estuvo acompañada de un episodio de vómito con inhalación, lo que significa que contenido gástrico entró en las vías respiratorias, aumentando el riesgo de obstrucción y neumonía aspirativa.

 


Intervención médica inmediata


Ante la gravedad del episodio, el Papa fue sometido a un procedimiento de broncoaspiración, que consiste en eliminar secreciones o cuerpos extraños de la vía respiratoria mediante succión, para despejar los pulmones y evitar complicaciones.

Además, se le administró ventilación mecánica no invasiva, un método que proporciona soporte respiratorio sin la necesidad de intubación, ayudando a mejorar el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono en los pulmones.

Según el comunicado oficial, el Papa respondió bien al tratamiento, lo que sugiere que la intervención fue efectiva para estabilizar su estado respiratorio.

 


Estado de salud actual y pronóstico


A pesar de haber superado la crisis inmediata, el Papa aún no está fuera de peligro, y su estado de salud sigue siendo monitoreado de cerca.

Actualmente, utiliza una mascarilla que cubre la boca y la nariz para facilitar la oxigenación. El Vaticano confirmó que el Pontífice se ha mantenido consciente, alerta y colaborando en todo momento con el equipo médico.

Sin embargo, los especialistas requieren entre 24 y 48 horas para evaluar el impacto de este episodio en su condición general.

 


Antecedentes y contexto de su salud


Francisco, de 87 años, ha enfrentado varios problemas de salud en los últimos años. En 2023, fue hospitalizado por una infección respiratoria y, en junio de ese mismo año, se sometió a una cirugía abdominal para tratar una hernia incisional.

Además, padece problemas crónicos en la rodilla, que lo han obligado a depender cada vez más de una silla de ruedas o de un bastón.

Su estado de salud ha sido motivo de preocupación recurrente, especialmente por la carga de trabajo que conlleva su rol como jefe de la Iglesia Católica.

 


Posibles repercusiones


Este episodio podría reavivar los debates sobre la continuidad de su pontificado, dado que él mismo ha mencionado en diversas ocasiones que no descarta la posibilidad de renunciar si su salud le impide cumplir con sus responsabilidades.

Su predecesor, Benedicto XVI, renunció en 2013 precisamente por razones de salud, algo sin precedentes en la historia moderna de la Iglesia.

Por ahora, el Vaticano mantiene el pronóstico reservado, y la comunidad católica y la opinión pública estarán atentas a las próximas actualizaciones sobre la evolución de su estado de salud en las próximas horas.

 

 


Histórica visita a Japón


El papa Francisco visitó Japón del 23 al 26 de noviembre de 2019, marcando la primera visita de un pontífice al país en casi 40 años, desde la llegada de Juan Pablo II en 1981.

Su viaje estuvo centrado en el lema “Proteger toda vida”, un mensaje que resaltó la importancia de la paz, el desarme nuclear y la dignidad humana.

Durante su estadía, recorrió tres ciudades clave:

•Nagasaki e Hiroshima (24 de noviembre): En estos lugares, que sufrieron los bombardeos atómicos de 1945, el papa lanzó un fuerte llamado contra las armas nucleares.

En Nagasaki visitó el Monumento a los Mártires Cristianos, recordando la historia de la persecución religiosa en Japón. Luego, en Hiroshima, participó en un evento de paz en el Parque Conmemorativo de la Paz, donde abogó por un mundo libre de armamento nuclear.

•Tokio (25 de noviembre): Se reunió con el emperador Naruhito y el entonces primer ministro Abe Shinzō.

También tuvo un encuentro con jóvenes, donde habló sobre los desafíos de la sociedad moderna, y celebró una multitudinaria misa en el Tokyo Dome, un evento significativo en un país donde los católicos representan menos del 0.5% de la población.

Este viaje fue particularmente simbólico no solo por la minoría católica en Japón, sino también por la conexión personal del papa Francisco con el país. Cuando era joven, soñó con ser misionero en Japón, pero problemas de salud se lo impidieron.

 



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