TOKIO.- El líder de la dictadura militar de Myanmar, el comandante en jefe Min Aung Hlaing, informó el 1 de abril que al menos 2,719 personas han muerto tras el gran terremoto que ocurrió la semana pasada.
El sismo tuvo su epicentro cerca de la ciudad de Mandalay, en el centro del país. Además, dijo que es posible que la cifra de muertos supere los 3,000 en los próximos días.
También se reportaron:
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4,521 personas heridas,
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y 441 desaparecidos.
Estas cifras son mucho mayores (más de 600 muertos más) que las que habían informado los medios estatales (controlados por el régimen militar), lo que sugiere que la situación es aún más grave de lo que se sabía hasta ahora.
Falta de ayuda en las zonas afectadas
La organización humanitaria Comité Internacional de Rescate (IRC) advirtió que en Mandalay y otras zonas afectadas, hay una necesidad urgente de:
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Refugios temporales para quienes perdieron sus casas,
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Comida,
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Agua potable,
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y atención médica.
La ayuda humanitaria se ve obstaculizada por la situación política
Desde el golpe militar en 2021, Myanmar vive una situación muy difícil. El ejército tomó el control del país y desde entonces hay conflictos armados con grupos de minorías étnicas que se oponen al régimen. Por eso, las tareas de rescate y entrega de ayuda están siendo muy complicadas.
Además, la organización de derechos humanos Amnistía Internacional denunció que el ejército no permite el ingreso de ayuda humanitaria en las zonas donde hay presencia de grupos rebeldes. Pidieron que se permita inmediatamente el acceso a todas las organizaciones de ayuda para salvar vidas.
¿Por qué es tan difícil ayudar en Myanmar?
Myanmar no solo enfrenta un desastre natural, sino también una crisis política y social. El país está gobernado por una dictadura militar, que ha limitado la libertad de prensa, bloqueado internet y restringido el trabajo de organizaciones extranjeras.
Además, hay enfrentamientos armados en muchas regiones, lo que hace muy peligroso e inseguro el envío de ayuda.
Las personas más afectadas por el terremoto están atrapadas en esta doble tragedia: la natural y la humana.
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