📍Tōkyō | 29 de abril de 2025


Hace unas semanas, el gobierno de Japón, junto con sus grupos de expertos y comités especializados, publicó dos informes clave: uno sobre cómo prepararse ante una posible erupción del monte Fuji y otro sobre los posibles daños de un gran terremoto en la fosa de Nankai.

Ambos informes coinciden en algo: la magnitud del desastre sería enorme y es urgente reforzar las medidas de prevención.

Sin embargo, en los documentos faltó algo fundamental: no se analizó qué pasaría si ambos desastres ocurrieran al mismo tiempo.

 


¿Puede pasar que un terremoto y una erupción coincidan?


La historia de Japón nos da un ejemplo claro:

El 16 de diciembre de 1707, ocurrió la erupción Hōei del monte Fuji, justo después de un enorme terremoto relacionado con la falla de Nankai.

Este terremoto, conocido como el Terremoto de Hōei, fue tan potente que se piensa que desestabilizó el sistema interno del volcán, provocando su erupción semanas más tarde.

En esa ocasión, la ceniza cubrió amplias zonas, afectando gravemente la agricultura y la vida cotidiana en muchas regiones.

Muchas personas murieron no solo por los temblores, sino también por los efectos indirectos de la ceniza: hambre, enfermedades y colapso social.

 


¿Por qué es tan grave si se combinan?


•Un terremoto masivo destruiría carreteras, puentes, líneas de tren y hospitales.

•Una erupción del monte Fuji arrojaría ceniza volcánica en grandes cantidades, cubriendo casas, campos, y contaminando el aire.

•La caída de ceniza puede colapsar techos, dañar la infraestructura eléctrica, afectar el suministro de agua y paralizar los transportes.

•En una situación combinada, sería casi imposible evacuar rápidamente a las personas.

Los hospitales, ya saturados por los heridos del terremoto, tendrían además que atender problemas respiratorios y otras complicaciones causadas por la ceniza.

La magnitud del sufrimiento humano sería aún mayor que si solo uno de los desastres ocurriera.

[nankai torafu] cerca de 300 mil muertes


¿Qué dicen ahora los expertos?


Los especialistas están advirtiendo que ignorar este posible escenario combinado sería un error muy peligroso.

Insisten en que Japón debe prepararse para el peor de los casos, no solo para uno u otro desastre por separado.

Prepararse para lo peor no significa crear pánico, sino proteger la vida y asegurar que los sistemas de emergencia, transporte, refugios, hospitales y distribución de alimentos estén listos para responder a una situación extremadamente compleja.

 


Contexto: ¿Qué es la fosa de Nankai?


La fosa de Nankai (南海トラフ) es una gran falla submarina que corre a lo largo de la costa sur de Japón.

Allí, una placa tectónica (la placa de Filipinas) se hunde debajo de la placa de Eurasia.

Este movimiento ha provocado grandes terremotos históricos cada 100 a 150 años, como el gran sismo de 1707 y el de 1946.

Actualmente, los científicos saben que la acumulación de energía en esta zona está alcanzando niveles muy preocupantes.

Por eso, las autoridades japonesas estiman que un gran terremoto en el Nankai Trough podría ocurrir en cualquier momento en las próximas décadas.

 


Un recordatorio desde la historia


La erupción del monte Fuji en 1707 no arrojó lava, pero sí una cantidad enorme de ceniza, afectando especialmente a Edo (lo que hoy es Tokio) y a otras regiones importantes.

Esa ceniza:

•Enterró campos de cultivo.

•Desató una grave crisis alimentaria.

•Afectó el comercio y los desplazamientos.

Hoy, con una población y una economía muchísimo más complejas, los daños serían aún mayores.

 

 


Línea de tiempo de la erupción Hōei (1707)


El evento que une al monte Fuji y al gran terremoto de Nankai


28 de octubre de 1707 (calendario occidental)

Gran terremoto de Hōei (宝永地震)

•Uno de los sismos más poderosos registrados en la historia de Japón.

•Magnitud estimada: entre 8.6 y 8.7.

•Epicentro: fosa de Nankai, frente a las costas de Shikoku, Kii y Tokai.

•Provocó tsunamis y daños masivos en gran parte del país.

•Se cree que este gran sismo cambió la presión interna del monte Fuji.

 

Durante noviembre de 1707

•Se registraron réplicas y movimientos sísmicos secundarios.

•Muchas personas estaban sin hogar y con miedo a nuevos desastres.

•El monte Fuji comenzó a mostrar señales de actividad volcánica: pequeños temblores y vibraciones.

 

16 de diciembre de 1707

Erupción del monte Fuji (宝永噴火 – Hōei Funka)

•Comenzó repentinamente y duró más de dos semanas.

•No hubo lava, pero se expulsaron grandes cantidades de ceniza volcánica.

•La ceniza llegó hasta Edo (actual Tokio), cubriendo tejados, campos y caminos.

 

Consecuencias inmediatas

•Campos agrícolas sepultados: no se podía cosechar arroz ni verduras.

•Grave crisis alimentaria: hambre y enfermedades por falta de comida y agua limpia.

•Gran impacto social: muchas familias desplazadas y empobrecidas.

•Efectos visibles en el paisaje: se formaron nuevos cráteres en la ladera del Fuji, aún visibles hoy (llamados “Hōei-zan”).

 

Importancia actual

•Esta es la última gran erupción del monte Fuji registrada hasta hoy.

•Es la base histórica por la cual los científicos creen que un terremoto grande puede provocar una erupción volcánica.

•Hoy se teme que una situación similar pueda repetirse con consecuencias aún más graves debido a la alta urbanización actual.

 


 Preguntas y Respuestas


Interrogantes sobre ¿Qué pasaría si el terremoto del Nankai Trough y la erupción del monte Fuji ocurrieran juntos?

 


1. ¿Es realmente posible que ocurran al mismo tiempo?


Sí. La historia ya nos dio un ejemplo en 1707:

Primero hubo un gran terremoto en la región de Nankai, y pocas semanas después, el monte Fuji hizo una gran erupción.

Por eso, los expertos creen que sí puede volver a pasar.

 


2. ¿Qué tipo de daños causaría un gran terremoto?


•Derrumbe de edificios y casas.

•Cortes de luz, agua y comunicaciones.

•Caída de carreteras, puentes y vías de tren.

•Grandes incendios en ciudades.

•Miles de heridos y personas atrapadas.

 


3. ¿Qué problemas causaría una erupción del monte Fuji?


•Lluvias de ceniza cubriendo ciudades y pueblos.

•Techos colapsados por el peso de la ceniza.

•Aire contaminado, afectando la respiración de las personas.

•Interrupción de vuelos, trenes, carreteras y servicios básicos.

•Pérdida de cultivos y alimentos.

 


4. ¿Qué pasaría si los dos desastres se combinan?


•Rescatar a las personas sería mucho más difícil porque las rutas estarían destruidas o cubiertas de ceniza.

•Los hospitales estarían saturados, sin suficiente personal ni medicinas.

•Las evacuaciones serían más lentas y peligrosas, aumentando el número de víctimas.

•La economía y la distribución de alimentos colapsarían.

•La recuperación tomaría mucho más tiempo que en un desastre común.

 


5. ¿Estamos preparados para ese peor escenario?


Actualmente, no totalmente.

Japón tiene planes para actuar en caso de un gran terremoto o de una erupción volcánica, pero aún no existen planes nacionales específicos para enfrentar los dos desastres al mismo tiempo.

 


6. ¿Qué recomiendan los expertos?


•Incluir el escenario combinado en los planes de emergencia.

•Fortalecer aún más los sistemas de evacuación, refugios y hospitales.

•Preparar a la población con simulacros que consideren una doble catástrofe.

•Crear redes de apoyo entre ciudades para no depender solo de Tokio y Osaka.

 


7. ¿Qué podemos hacer nosotros como personas?


•Tener un kit de emergencia completo, no solo para terremotos sino también para ceniza volcánica (mascarillas, gafas protectoras, agua limpia, alimentos secos).

•Planificar rutas de evacuación alternativas.

•Mantenerse informado y participar en simulacros comunitarios.

•Hablar en familia sobre qué hacer si un gran terremoto y una erupción ocurren.

 

 


En síntesis


 

• ¿Y si el monte Fuji entra en erupción… justo después de un gran terremoto?

Parece una película, pero ya pasó antes: en 1707. Y podría volver a ocurrir.

• Japón ya se está preparando para un gran terremoto y también para una posible erupción del Fuji.

Pero… no hay planes aún para un escenario doble.

• Los expertos lo advierten:

¡Hay que actuar ya!

Anticiparse a lo peor puede salvar vidas y reducir los daños en una catástrofe futura.

•Prepararse no es tener miedo.

Es ser responsables.

Es cuidar de nuestras familias, vecinos y comunidades.

• Japón es fuerte.

Pero este reto necesita de todos:

gobierno, científicos y cada ciudadano.

La prevención es nuestra mejor defensa.

 



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