“Desde Nepal a Niigata: una historia de honestidad, valentía y comunidad”

 


📍Ōsaka | 16 de octubre


Eran pasadas las 10 de la noche del 10 de septiembre en un konbini (tienda de conveniencia) del distrito Chūō, en la ciudad de Niigata.

Dos jóvenes nepaleses, Ale Magar Ishara y Katri Karna Bahadur, estudiantes de una escuela técnica y empleados a tiempo parcial, notaron algo extraño: un hombre de unos 70 años insistía en comprar tarjetas prepago por 300.000 yenes (aprox. 1.900 dólares).

Aunque su dominio del japonés era limitado, la intuición y el cumplimiento estricto de las normas del local los llevaron a actuar. Ishara, sospechando un intento de fraude, consultó con su compañero Karna, quien a su vez llamó al gerente de la tienda. Este, tras escuchar la situación, contactó de inmediato a la policía.

 

📞 Un engaño telefónico bien conocido


Según el informe policial, el anciano había recibido una llamada de una persona que se hacía pasar por representante de una empresa telefónica, advirtiéndole falsamente sobre una “deuda pendiente”.

El estafador le exigía pagarla comprando tarjetas electrónicas y enviando los códigos. Este tipo de esquema forma parte de los  tokushu sagi (特殊詐欺), o fraudes especiales, uno de los delitos más comunes en Japón, especialmente contra adultos mayores.

La intervención ocurrió en apenas 15 minutos, suficiente para evitar que la víctima perdiera una gran suma de dinero.

 

👮‍♂️ Reconocimiento policial y lección comunitaria


La Policía de Niigata otorgó un certificado de agradecimiento a los dos jóvenes por su acción cívica.

El oficial, Satō Yūki, destacó:

“A pesar de no hablar un japonés perfecto, siguieron las reglas al pie de la letra y actuaron con gran coordinación. Eso demuestra verdadero compromiso y trabajo en equipo.”

La policía señaló que casos como este refuerzan la importancia de la colaboración entre trabajadores extranjeros y comunidades locales, especialmente en un país donde el número de estudiantes internacionales sigue creciendo.

 

⚖️ Contexto legal y marco de protección


El delito de tokushu sagi (特殊詐欺), está penado por el Código Penal japonés, principalmente bajo los artículos relacionados con el fraude (第246条) y la complicidad (第60条–第62条).

Las penas pueden llegar hasta 10 años de prisión, dependiendo de la cuantía y de la organización detrás del delito.

El Ministerio de Justicia ha pedido a los gobiernos locales y empresas reforzar los protocolos de prevención, ya que los konbini son puntos frecuentes donde las víctimas compran los instrumentos del fraude (tarjetas electrónicas o códigos de pago).

 


🌏 Significado social


Más allá del hecho policial, el caso simboliza la integración práctica de los trabajadores extranjeros en Japón. A pesar de las barreras lingüísticas, estos jóvenes demostraron cómo el respeto a las reglas y la comunicación efectiva pueden proteger a los ciudadanos mayores y fortalecer la confianza mutua.

Un acto sencillo —detener una venta sospechosa— se convirtió en una lección de civismo y convivencia en una sociedad que aún aprende a valorar la diversidad en su día a día.

 


📌 En resumen:



Dos estudiantes nepaleses en Niigata evitaron una estafa de 300.000 yenes gracias a su prudencia y conocimiento de las reglas internas del konbini.

Su acción fue reconocida oficialmente, y el caso reabre el debate sobre cómo las políticas de capacitación en comercios pueden ser una herramienta clave contra el fraude en Japón.

 



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