Taxis clandestinos en la mira: Japón endurece controles tras accidente con turistas chinos

 


📍Tōkyō  | 20 de octubre


El pasado 30 de septiembre, en la ciudad de Shingū (prefectura de Wakayama), un automóvil que realizaba presuntamente actividades de shirotaku (白タク, taxis ilegales ) chocó de frente contra un camión en la Ruta Nacional 168.

El vehículo transportaba a siete turistas chinos, y una mujer de 60 años perdió la vida en el impacto. El conductor, Qi Hongyu , de 26 años y residente en Osaka, resultó gravemente herido con fracturas en el tobillo y muslo.

Tras su recuperación y alta médica el 20 de octubre, fue arrestado bajo sospecha de violar la Ley de Transporte por Carretera (道路運送法) y de causar la muerte por conducción negligente.

 


⚖️ Marco legal


La Ley japonesa de Transporte por Carretera prohíbe expresamente ofrecer servicios de transporte remunerado sin contar con licencia o permiso del Ministerio de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo (MLIT).

El artículo 4 establece que “ninguna persona puede operar transporte de pasajeros con fines comerciales sin la debida autorización”.

Los llamados shirotaku (literalmente, “taxis blancos”) son autos particulares que transportan pasajeros, usualmente extranjeros, a cambio de dinero o compensaciones indirectas.

Las sanciones incluyen hasta 3 años de prisión o multas que pueden alcanzar los 3 millones de yenes.

 


🚨 Negación y evidencia


Durante el interrogatorio, Qi negó parcialmente las acusaciones, alegando:

“No iba a recibir ninguna remuneración, por lo tanto no era un ‘shirotaku’”.

Sin embargo, la policía afirmó que el pago fue gestionado por una agencia de viajes china, confirmando transacciones de dinero entre los turistas y el intermediario.

Esto refuerza la hipótesis de un servicio de transporte no autorizado pero con ánimo de lucro indirecto.

 


🌏 Contexto y riesgos


En los últimos años, Japón ha visto un aumento del transporte ilegal entre turistas extranjeros, especialmente a través de plataformas de mensajería o redes sociales chinas como WeChat o Xiaohongshu.

Estos servicios ofrecen traslados “más baratos” o “en idioma chino”, pero carecen de seguros adecuados y controles de seguridad

El caso de Shingū revive la discusión sobre la responsabilidad penal y administrativa tanto de los conductores como de las agencias intermediarias que organizan estos viajes “fuera del sistema”.

El Ministerio de Transporte ha intensificado los controles en aeropuertos como Kansai y Narita, donde se detectan con frecuencia vehículos que ofrecen transporte ilegal a turistas.


💬 Reflexión


Este trágico incidente no solo pone en evidencia la fragilidad del turismo informal en Japón, sino también la delgada línea entre un “favor” y un servicio ilegal.

Mientras el conductor se defiende alegando buena voluntad, la ley japonesa no admite ambigüedades: transportar personas con un beneficio económico, directo o indirecto, sin permiso, constituye una infracción penal.

 



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