Sin incidentes y con gran despliegue logístico, el festival reúne a casi un millón de asistentes en calma y alegría
📍Tōkyō | 27 de Julio de 2025
En una postal inolvidable del verano japonés, el cielo nocturno de la capital se tiñó de colores, estallidos y emociones este sábado durante la esperada 48ª edición del Festival de Fuegos Artificiales del Río Sumida (隅田川花火大会), una de las celebraciones más queridas y simbólicas del calendario estival nipón.

Después de años marcados por la pandemia y algunas cancelaciones por lluvia, el evento volvió con fuerza, emoción y una organización impecable que logró reunir a alrededor de 930,000 personas —según cifras oficiales— en los distritos de Taitō y Sumida, en pleno corazón del shitamachi (下町), la zona más tradicional y emocionalmente profunda de Tokio.
🌉 Una noche en que Tokio respiró tradición, comunidad y belleza efímera
Desde temprano, familias enteras, parejas jóvenes y turistas extranjeros se congregaron con mantas, abanicos y bebidas frías en mano para reservar los mejores lugares. Los parques junto al río, los balcones, los techos de las casas y los puentes como Azumabashi, Sakurabashi o Komagatabashi se llenaron de expectación.
A las 19:00 en punto, el primer estallido de luz dio inicio al espectáculo. Un total de 20,000 fuegos artificiales cruzaron el cielo en secuencias cuidadosamente coreografiadas, muchas de ellas creadas por maestros pirotécnicos de cuarta y quinta generación. Algunos diseños evocaban símbolos tradicionales como flores de cerezo, linternas o abanicos; otros, más modernos, imitaban personajes animados o galaxias en expansión.
Cada explosión generaba exclamaciones, aplausos y hasta lágrimas. “He venido cada año desde niña con mi abuela. Hoy la recordé en cada flor que explotaba en el cielo”, dijo Aiko, de 28 años, que vestía un yukata azul con flores de lirio.
🛡️ Seguridad, logística y un espíritu colectivo que funcionó como reloj
Con casi un millón de personas reunidas en zonas estrechas y puentes sobre el río, la logística fue clave. La policía metropolitana, personal municipal y cientos de voluntarios controlaron los flujos de acceso, coordinaron salidas escalonadas y ayudaron a personas mayores o niños extraviados.
No se reportaron incidentes graves, y los centros médicos móviles atendieron principalmente casos leves de deshidratación, dadas las altas temperaturas que superaron los 33 °C durante el día. Muchos puestos de comida callejera ofrecían helados tradicionales (kakigōri), yakisoba y bebidas frías, lo que aportó un ambiente festivo de matsuri.
🎐 Más que entretenimiento: el Hanabi como metáfora del alma japonesa
En Japón, los hanabi (花火) —literalmente “flores de fuego”— no son solo fuegos artificiales. Son una tradición cargada de simbolismo. Representan la fugacidad de la belleza, la renovación del espíritu y la necesidad de mirar hacia arriba, incluso en tiempos difíciles.
El Festival del Río Sumida tiene sus raíces en el siglo XVIII, cuando los habitantes de Edo (actual Tokio) organizaban ceremonias para consolar a los muertos por hambrunas o epidemias. Con el tiempo, se transformó en un espectáculo masivo, pero sin perder su dimensión espiritual y comunitaria.
📸 Un verano que necesitábamos: emociones compartidas después de años difíciles
“Es como si recuperáramos parte de nuestra identidad. No son solo fuegos artificiales. Es la risa compartida, los aplausos al unísono, el yukata que desempolvas una vez al año, la nostalgia de los veranos de infancia”, expresó emocionado Yusuke, un padre de familia de 45 años, acompañado de sus dos hijos pequeños que miraban el cielo con la boca abierta.
En medio del calor sofocante que ha marcado este julio de 2025, la jornada fue un respiro poético para millones. Las redes sociales se llenaron de imágenes, videos y mensajes con el hashtag #隅田川花火大会2025, donde muchos expresaron gratitud por “volver a sentir la magia del verano”.

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