Japón cambia la forma de recibir paquetes: el timbre suena menos, la puerta se abre… y también las dudas
📍Tōkyō | 29 de noviembre
En los pasillos silenciosos de los condominios japoneses ya no se escuchan tantos timbrazos. Donde antes la espera frente a la puerta era parte de la rutina, hoy muchos residentes regresan a casa y encuentran una caja apoyada con discreción frente al umbral: la entrega sin contacto se ha vuelto costumbre… y también debate.
Según una encuesta nacional presentada esta semana por Yamatounyu (ヤマト運輸) el tradicional “entrega en mano” retrocede con fuerza.
En apenas un año, el porcentaje de personas que recibe sus paquetes cara a cara cayó al 44%, mientras que la entrega frente a la puerta subió hasta el 36,9% y el uso de casilleros automáticos alcanzó el 13,3%. La escena es clara: Japón ya no espera al repartidor… ahora lo observa irse por la cámara del timbre.
La encuesta, realizada en noviembre de 2024 con más de 11.700 usuarios registrados del servicio, confirma una paradoja moderna: aunque el total de personas que afirma haber usado “okihai” (entrega sin contacto) bajó levemente, casi siete de cada diez dicen que la frecuencia de uso aumentó en el último año. Menos usuarios nuevos, más dependencia real.
El motor de este cambio no es el miedo, sino el reloj. Un abrumador 86,3% valora la libertad de no estar en casa para recibir un paquete. Y un 73,1% celebra haber escapado de las odiosas reprogramaciones de entrega. En la era del trabajo flexible y las jornadas eternas, el paquete que espera se volvió símbolo de eficiencia silenciosa.
Pero no todo es comodidad. En los edificios de entrada controlada, el debate se agudiza. La posibilidad de que el repartidor destrabe el sistema de seguridad para dejar el paquete frente al apartamento divide a los vecinos: más de la mitad teme que eso facilite la entrada de intrusos y el 42,4% se angustia por el robo. Aun así, una cifra similar reconoce que esta medida aliviaría la carga sobre los repartidores y permitiría recibir paquetes incluso estando fuera.
En respuesta a estas tensiones, el ministerio de Tierras, Infraestructura, Transporte y Turismo dio un paso político: incluir oficialmente la entrega sin contacto como una opción estándar y apoyar el desarrollo de sistemas seguros de acceso en edificios con intercomunicadores electrónicos.
El mensaje es claro: no se trata solo de conveniencia, sino de rediseñar la logística nacional.
El Japón que se perfila no es el del timbre insistente, sino el del paquete silencioso. Un país que gana tiempo… pero que ahora discute cuánta seguridad está dispuesto a sacrificar por él.

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