TOKIO.- En julio, los salarios reales ajustados para reflejar el aumento de los precios, mostraron un incremento por segundo mes consecutivo, lo que refleja una tendencia positiva en medio de la inflación persistente.
Según los datos preliminares de la Encuesta Mensual de Estadísticas de Trabajo del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, el salario nominal promedio por trabajador fue de 403,490 yenes, un aumento del 3.6 % en comparación con el mismo mes del año anterior.
Componentes salariales:
- Salario base (salario ordinario): El salario base, que incluye el sueldo regular excluyendo bonificaciones y otros pagos extraordinarios, fue de 265,093 yenes, un incremento del 2.7 % respecto a julio del año anterior.
- Bonificaciones y pagos extraordinarios: Las bonificaciones y pagos adicionales, que suelen incluirse en ciertos meses como julio, aumentaron un 6.2 % hasta 118,807 yenes. Este componente suele variar significativamente según la temporada y la política de la empresa.
Salario real ajustado por inflación:
El salario real, que ajusta los ingresos para reflejar el costo de vida y la inflación, subió un 0.4 % interanual, marcando dos meses consecutivos de crecimiento positivo.
Esta medida es clave para entender el poder adquisitivo de los trabajadores, especialmente en un contexto de precios al alza.
Factores que impulsaron el aumento:
- Impacto de las negociaciones salariales (春闘): Las mejoras salariales derivadas de las negociaciones anuales entre empresas y sindicatos (conocidas como «Shunto» en Japón) influyeron positivamente en el aumento del salario base.
- Bonificaciones de verano: Muchas empresas tienden a pagar bonificaciones durante julio, lo que contribuyó significativamente al alza de los ingresos totales y, por ende, a los salarios reales.
Perspectivas y desafíos:
El Ministerio subrayó que, aunque los salarios reales han aumentado, el entorno de alta inflación sigue siendo un desafío. Mantener este impulso positivo en los salarios reales dependerá de la capacidad de las empresas para continuar ajustando los sueldos en un contexto donde los precios siguen subiendo.
El gobierno y las empresas deben vigilar de cerca estas tendencias para asegurar que los aumentos salariales mantengan el poder adquisitivo de los trabajadores en medio de un entorno económico desafiante.
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