El aula vacía: 7.000 menores extranjeros en Japón cuya escolarización sigue siendo un misterio
Tōkyō | 2 de octubre

El número de niños extranjeros en edad equivalente a primaria y secundaria que viven en Japón llegó a 163,358 (12,663 más que en la encuesta anterior), alcanzando un máximo histórico.
Un dato que impacta y obliga a reflexionar: 1.097 niños extranjeros en edad de cursar primaria o secundaria no estaban escolarizados en Japón al mes de mayo de 2024.
Este número proviene de la más reciente encuesta del Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología (MEXT), que cada año busca radiografiar la situación educativa de los menores extranjeros.
La cifra ha venido en aumento:
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2019: 630 menores no escolarizados.
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2023: 970.
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2024: 1.097.
Aunque en parte este aumento refleja un mayor alcance y precisión de la investigación, también revela un problema estructural: la escolarización de los hijos de inmigrantes en Japón sigue siendo frágil y desigual.
👩👩👧 Contexto
Estos niños y niñas, en muchos casos, son hijos de trabajadores extranjeros en sectores como la construcción, fábricas, servicios o cuidado de personas mayores. Las barreras que enfrentan son múltiples:
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Idioma: dificultad para comprender clases en japonés.
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Movilidad: familias que se mudan constantemente por razones laborales.
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Desconocimiento: padres que ignoran que la educación pública está abierta y es gratuita para sus hijos, incluso si son extranjeros.
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Precariedad laboral: familias que priorizan el trabajo y la supervivencia económica antes que la escolarización.
El resultado es que estos menores pueden quedar aislados, sin acceso a la educación básica que garantiza derechos y oportunidades a largo plazo. Para muchos, significa crecer en Japón sin herramientas para integrarse plenamente en la sociedad.
⚖️ Marco legal y derechos
Aquí es donde surge un matiz crucial:
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Niños japoneses: están obligados por ley a cursar la educación obligatoria (小学校・中学校, primaria y secundaria).
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Niños extranjeros: no tienen obligación legal de escolarización.
Sin embargo, Japón, como firmante del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ONU, 1966), reconoce el derecho universal a la educación.
Por eso, en la práctica, los niños extranjeros pueden asistir gratuitamente a las escuelas públicas japonesas, en igualdad de condiciones que los japoneses.
El MEXT insiste en que las municipalidades y juntas de educación deben informar mejor a los padres extranjeros, acompañar a las familias y crear programas de apoyo lingüístico.
🌏 Dimensión internacional
En otros países desarrollados, como Alemania o Francia, los hijos de inmigrantes sí tienen una obligación legal de asistir a la escuela, sin distinción de nacionalidad. Japón, en cambio, mantiene una brecha normativa que deja a la escolarización en manos de la voluntad de las familias y de la capacidad de las municipalidades.
Esto genera tensiones: mientras Japón busca atraer más trabajadores extranjeros para enfrentar el envejecimiento poblacional, no asegura plenamente la integración educativa de sus hijos.
🚨 Desafíos y señales de alerta
El informe también reveló:
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7.322 niños extranjeros cuyo estatus escolar no pudo ser confirmado.
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13 casos en los que había registro en el padrón municipal pero no en el sistema escolar.
Esto significa que el problema puede ser mucho mayor de lo que muestran las cifras oficiales.
✨ Reflexión final
Detrás de cada número hay un niño que puede perder su derecho a soñar con un futuro digno. El dilema es claro: ¿Japón quiere extranjeros solo como fuerza laboral desechable, o también como parte integral de su sociedad?
La educación es la primera y más poderosa herramienta para responder esa pregunta.

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