“Mi nombre es Bruno Gallego Gómez… PENE SUCIO”: la respuesta irrespetuosa que indigna a Japón
📍Tōkyō, 5 de octubre
En redes sociales japonesas circula un video donde un ciudadano extranjero, presuntamente identificado por los internautas como Bruno Gallego Gómez, responde de manera provocadora y ofensiva a un agente policial japonés que le solicita su identidad para elaborar un informe de incidente.
El hecho, ocurrido en una zona urbana de Tokio, muestra a un oficial actuando con corrección y calma mientras el extranjero, visiblemente desafiante, se niega a cooperar, burlándose del procedimiento y pronunciando una expresión vulgar —“PENE SUCIO”— al mencionar su supuesto nombre.
El registro fue difundido ampliamente en redes como X (antiguo Twitter), generando rechazo entre los usuarios japoneses, quienes consideran que una burla de ese tipo hacia un agente en servicio representa una falta de respeto grave hacia las normas y la convivencia en Japón.
⚖️ Marco legal y contexto jurídico
En Japón, la relación entre los ciudadanos (incluidos los extranjeros) y los agentes policiales está regulada por la Ley de Policía (警察官職務執行法 – Keisatsukan Shokumu Shikkō-hō).
Esta norma autoriza a un agente a solicitar la identificación de una persona cuando exista una razón fundada para elaborar un informe o investigar un incidente.
Negarse a cooperar o proporcionar información falsa puede acarrear consecuencias legales según el Código Penal Japonés (刑法, Keihō):
- Artículo 94 – Falsa declaración a funcionario público: hasta un año de prisión o multa de hasta 200,000 yenes.
- Artículo 95 – Obstrucción del deber público (公務執行妨害罪, kōmu shikkō bōgai-zai): quien impida o insulte a un funcionario durante el cumplimiento de su deber puede enfrentar hasta tres años de prisión o una multa de 500,000 yenes.
Además, para extranjeros, comportamientos de desacato o falta de cooperación reiterada pueden influir negativamente en su estatus de residencia o futuras renovaciones de visa, ya que se interpretan como conductas contrarias al orden público y la moral japonesa (公序良俗に反する行為).
🌏 El choque cultural y el límite de la tolerancia
El episodio ha reavivado un debate profundo: ¿hasta qué punto los visitantes y residentes extranjeros entienden y respetan los códigos sociales de Japón?
En este país, el respeto por la autoridad, el lenguaje y la compostura pública son valores centrales. Un gesto, una palabra o una burla que pueda parecer trivial en otras culturas puede ser percibida aquí como una afrenta al orden y a la cortesía colectiva (礼儀, reigi).
El agente japonés, consciente de las cámaras y de su deber, mantuvo la serenidad, evitando la confrontación. Esa calma, vista desde la ética japonesa, representa el ideal del autocontrol frente a la provocación (我慢, gaman).
🧭 Conclusión
La escena no solo refleja un caso aislado de insolencia, sino también una lección sobre la importancia del respeto intercultural y la responsabilidad individual cuando se vive o se viaja en Japón.
Las leyes son claras: todo extranjero está sujeto a la misma obligación de respeto y cooperación ante la autoridad que cualquier ciudadano japonés.
El episodio de “Bruno Gallego Gómez — PENE SUCIO” quedará como un ejemplo viral de cómo una falta de respeto puede escalar a un problema legal y social en un país donde la educación y la disciplina son pilares del orden cotidiano.
El español permaneció durante tres meses en el archipiélago nipón. ¿Seguirán apareciendo videos?

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