Naturalización más estricta: Japón eleva sin reformar la ley


📍Tōkyō | 5 de diciembre


En silencio administrativo, pero con un efecto político contundente, el Gobierno japonés ha iniciado los ajustes para que el acceso a la nacionalidad deje de ser una puerta relativamente cercana y se convierta en una carrera de fondo.

La exigencia de residencia para naturalizarse pasará, en la práctica, de cinco a diez años. No habrá una reforma inmediata de la ley escrita, pero sí una reforma del uso del poder discrecional del Estado: el requisito se endurecerá por la vía de la interpretación administrativa.

La decisión quedó sobre la mesa en una reunión del Partido Liberal Democrático (PLD) el día 4. Detrás del gesto técnico hay un mensaje político nítido: la nacionalidad ya no puede ser más fácil de obtener que la residencia permanente. En los pasillos del poder se repetía una frase como diagnóstico: “no tiene sentido que el estatus más pesado sea, al final, el más ligero de conseguir”.

La arquitectura del cambio apunta a la hoja de ruta que el Gobierno prevé fijar en enero dentro del plan básico de política migratoria. No cambiar el texto duro de la ley, pero sí su aplicación práctica, permite elevar el listón sin un gran debate parlamentario. La residencia mínima de una década se impondrá como regla “no escrita”, aun cuando la letra legal conserve el “cinco años”.

Quienes opten por la naturalización ya superan filtros exigentes: conducta intachable, estabilidad económica del solicitante o su cónyuge, y dominio funcional del japonés. Aun así, la balanza se inclina: el Ejecutivo entiende que el acceso a la identidad política del país —no solo a vivir en él— debe exigir más tiempo, más pruebas de arraigo y más continuidad.

La reforma no nace hoy. El debate arrancó durante el gobierno de Ishiba Shigeru y fue amplificado por la presión política de Nippon Ishin no Kai, que denunció un “absurdo jurídico” donde la ciudadanía parecía menos exigente que la residencia permanente. La Administración no lo discute: lo corrige.

En 2024, 12.248 personas solicitaron nacionalizarse; 8.863 lograron el permiso. Con el nuevo listón, ese porcentaje ya no será el mismo. El Ministerio de Justicia anticipa una selección más estrecha, más lenta, más rigurosa. En nombre de la coherencia jurídica, Japón opta por una ciudadanía de acceso largo. En nombre de la política, dibuja una frontera más gruesa entre “residir” y “pertenecer”.

 


⚖️ Marco legal


📜 Ley de Nacionalidad de Japón (国籍法)

  • Texto vigente: exige “cinco años o más” de residencia continuada.

  • Qué cambia: no la ley, sino su aplicación administrativa. El Gobierno elevará el estándar interno a 10 años efectivos para conceder, sin alterar el articulado.

🏠 Relación con la Residencia Permanente (永住許可)

  • El estatus de residencia permanente ya exige, como regla general, 10 años de permanencia.

  • Choque actual: la nacionalidad podía lograrse antes que el “eijū”.

  • Objetivo gubernamental: alinear ambos regímenes; que la ciudadanía no sea “más fácil” que la residencia indefinida.

🧾 Requisitos que se mantienen (y pesan más con el nuevo criterio)

  1. Conducta intachable (sin antecedentes).

  2. Capacidad económica propia o familiar.

  3. Integración demostrada.

  4. Japonés funcional para la vida diaria (exigido en nacionalidad, no en eijū).

  5. Decisión final discrecional del Estado.

🏛️ Autoridad responsable

  • El diseño y la ejecución dependen de Ministerio de Justicia, que aplicará el nuevo baremo por “operación administrativa”.

 

 



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