⚖️ “Alimentar mal o agredir a un ciervo en Nara puede costar multas y arresto”

 


📍 Tōkyō, 8 de septiembre


Unas imágenes de turistas ofreciendo agua a un ciervo en el famoso Parque de Nara se volvió viral en redes sociales, generando miles de comentarios positivos.

“Este es el tipo de visitantes que queremos en Japón”, escribieron usuarios que aplaudieron el gesto de respeto hacia estos animales considerados símbolos nacionales.

Pero más allá de la ternura que despiertan, los ciervos de Nara tienen un profundo significado cultural y una fuerte protección legal que garantiza su supervivencia en medio de la modernidad.

 


🦌 Marco legal: patrimonio protegido por Japón


Desde 1957, los ciervos del Parque de Nara están catalogados como “Monumento Natural” (天然記念物, Tennen Kinenbutsu) bajo la Ley de Protección de Bienes Culturales. Esto significa que no son simples animales urbanos: forman parte del patrimonio vivo del país.

La Fundación para la Protección de los Ciervos de Nara y el gobierno local supervisan su bienestar, rescatan a ejemplares heridos y educan a turistas sobre cómo interactuar con ellos.

Las normas son claras:

  • Solo se les puede alimentar con las tradicionales “shika senbei” (galletas de arroz), aprobadas para su dieta.

  • Quienes agredan o dañen a un ciervo se exponen a multas e incluso arresto, ya que el maltrato animal y la violación del estatus de Monumento Natural están sancionados en la legislación japonesa.

 


⛩️ Más que animales: mensajeros de los dioses


El vínculo entre Nara y sus ciervos es espiritual. Según la tradición sintoísta, los ciervos llegaron a la región como mensajeros de la deidad Takemikazuchi, protectora del Santuario Kasuga Taisha.

Durante siglos fueron venerados como seres sagrados. La historia cuenta que en el período Edo, matar a un ciervo podía castigarse con la pena de muerte. Hoy ya no existe ese rigor, pero la idea de que son “animales divinos” persiste en la cultura japonesa.

 


🌏 Identidad, turismo y convivencia


Actualmente, más de 1.200 ciervos vagan libremente por calles, templos y parques de Nara. Para los locales, son un símbolo de paz y convivencia con la naturaleza, mientras que para los visitantes, una experiencia única que conecta lo espiritual con lo cotidiano.

El turismo en la ciudad depende en gran medida de ellos: cada año millones de personas viajan para observarlos, darles de comer y fotografiar la armonía entre tradición y vida moderna.

 


📌 En resumen


Los ciervos de Nara no son solo parte del paisaje: están protegidos por la ley, forman parte del legado espiritual del sintoísmo y son un puente vivo entre la historia de Japón y sus visitantes modernos. La viral imagen de un turista dándoles agua no solo muestra un gesto amable, sino también la importancia de respetar y cuidar a estos “mensajeros divinos” que caminan entre nosotros.

 

 



©️Noticias Nippon

Copy Protected by Chetan's WP-Copyprotect.