El cierre de Oppama reaviva viejas heridas: trabajadores temen despidos encubiertos y pérdida del empleo local
📍Tōkyō | 9 de octubre
Nissan Motor Co. atraviesa una nueva etapa de reestructuración industrial en su proceso de reconstrucción financiera.
La decisión de cerrar la histórica planta de Oppama (追浜工場) en Yokosuka para el final del año fiscal 2027 marca el fin de uno de los centros más emblemáticos de la compañía, activo desde 1961.
En su momento, esta planta fue símbolo del auge industrial japonés, produciendo modelos icónicos como el Bluebird, el Leaf eléctrico y más recientemente el Note e-Power.
Con unos 2.400 empleados, Oppama ha sido uno de los pilares de la producción nacional de Nissan. Pero ante la necesidad de concentrar la fabricación en regiones más competitivas y con mayor capacidad logística, la dirección de la empresa ha optado por centralizar sus operaciones en Kyūshū(九州工場), en Fukuoka.
🔄 La propuesta empresarial: traslado a Kyūshū como “solución prioritaria”
Según la información difundida, el presidente ejecutivo Iván Espinosa y su equipo comunicaron el 30 de septiembre a la cúpula sindical su decisión de transferir al personal de producción a la filial Nissan Motor Kyūshū, considerada estratégica por su mayor volumen de exportación y proximidad con Asia.
El plan contempla dos fases:
- Primera etapa (2026):
- Notificación a finales de junio.
- Traslado efectivo durante el primer semestre del año fiscal 2027.
- Segunda etapa (2027):
- Para quienes permanezcan hasta el cierre definitivo de Oppama.
Además, Nissan se comprometió a ofrecer:
- Incentivos económicos por traslado.
- Asistencia para vivienda y reubicación familiar.
- Entrevistas individuales entre febrero y marzo de 2026 para conocer la disposición de cada empleado.
Sin embargo, el número exacto de trabajadores que deberán transferirse no ha sido revelado, y la empresa estima necesitar más de 1.000 nuevos empleados en la planta de Kyūshū.
⚙️ Resistencia sindical y tensiones humanas
El sindicato respondió con firmeza:
“Antes de pedir la intención individual, deben explicar con claridad los objetivos del plan. No puede iniciarse un proceso de reasignación sin transparencia.”
El recuerdo del caso Zama(座間工場)de 1993, donde de 2.000 trabajadores solo unos 400 aceptaron el traslado a Kyūshū, sigue vivo.
Hoy, los empleados expresan preocupaciones similares:
- “No quiero mudarme tan lejos de mi familia.”
- “Temo que el traslado sea una forma encubierta de despido.”
- “La empresa nos está empujando a renunciar.”
La incertidumbre se multiplica en un contexto en el que la movilidad interregional en Japón no es común: las distancias, el costo de vida y las diferencias culturales entre Kantō (関東) y Kyūshū suponen grandes obstáculos para los trabajadores.
🧾 Alternativas y medidas complementarias
Para quienes no acepten el traslado, Nissan ofrece tres rutas:
- Reasignación interna:
A otras áreas del grupo, aunque la empresa decidirá el puesto y ubicación. - Recolocación externa:
Publicación de vacantes de empresas vecinas en Yokosuka desde julio de 2026. - Renuncia voluntaria asistida:
Bonificación adicional en la indemnización y acceso a servicios de búsqueda laboral.
⚖️ Análisis social y laboral
El cierre de Oppama no es solo una decisión financiera: representa el desplazamiento del eje industrial de Japón hacia el suroeste, donde Kyūshū concentra inversiones en vehículos eléctricos y baterías.
No obstante, el impacto humano será significativo:
- En Yokosuka, el cierre afectará a familias enteras vinculadas a la planta durante generaciones.
- En Kyūshū, la llegada de nuevos trabajadores podría dinamizar la economía local, pero también tensar el mercado inmobiliario y laboral.
- Sindicalmente, la medida pondrá a prueba el modelo de empleo vitalicio y la confianza entre empresa y trabajadores.
🧩 Conclusión: entre la eficiencia y el arraigo
Nissan busca eficiencia global, pero enfrenta un reto emocional profundo: la deslocalización interna.
El caso de Oppama podría convertirse en un símbolo de la nueva etapa industrial japonesa, donde automatización, sostenibilidad y centralización pesan más que la tradición y el empleo local.
“No se trata solo de mover máquinas —dice un empleado veterano—, se trata de mover vidas enteras.”

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