Nipones molestos tras acrobacias de un extranjero dentro de un tren
📍Tōkyō | 19 de septiembre
Un video difundido en redes sociales muestra a un extranjero realizando piruetas acrobáticas dentro de un tren de la concurrida línea Yamanote en la capital japonesa.

El hombre se colgó de los pasamanos y comenzó a balancearse y bailar. Fue el mismo quien se grabó con su smartphone y compartió en redes sociales.
Los usuarios de plataformas digitales coinciden en expresar malestar y rechazo señalando la falta de respeto hacia las normas de convivencia en el transporte público japonés.
Reacciones
En Japón, el transporte público es considerado un espacio de silencio, respeto y orden, especialmente en trenes concurridos como la Yamanote.
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En redes sociales abundaron comentarios que calificaron el acto de “irresponsable” y “peligroso”.
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Otros usuarios advirtieron que este tipo de comportamientos refuerzan estereotipos negativos hacia turistas y residentes extranjeros.
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Incluso se mencionó que este tipo de actitudes pueden ser vistas como riesgo de accidente, ya que un frenazo repentino podría provocar lesiones a otros pasajeros.
Marco legal
En Japón, aunque la “acrobacia” como tal no está tipificada, sí puede encuadrarse en varias faltas legales:
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Ley de Prevención de Molestias en el Transporte Público (迷惑防止条例 / meiwaku bōshi jōrei)
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Cada prefectura tiene normas que sancionan actos que incomoden o pongan en riesgo a otros en trenes o autobuses.
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Multa: desde 10,000 hasta 100,000 yenes, dependiendo de la prefectura.
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Delito de Obstrucción del Trabajo Público (威力業務妨害罪 / iryoku gyōmu bōgai-zai)
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Si la conducta interrumpe el normal funcionamiento del tren o causa detenciones de servicio, podría aplicarse.
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Pena: hasta 3 años de prisión o multa de 500,000 yenes.
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Normas de JR East
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Las compañías ferroviarias tienen potestad para detener al pasajero y entregar el caso a la policía ferroviaria.
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En casos reiterados o graves, incluso pueden aplicar prohibición de uso del servicio.
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Contexto y mensaje social
Japón vive un auge de visitantes extranjeros, lo que genera roces culturales. Mientras que para algunos turistas este tipo de actos son vistos como “entretenimiento” o “libertad de expresión”, en Japón se perciben como ruptura del orden público.
Este episodio ilustra un debate mayor:
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¿Hasta qué punto los visitantes deben adaptarse estrictamente a las normas locales?
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¿Cómo equilibrar turismo, convivencia y respeto en un país con una cultura de transporte tan disciplinada?
👉 En resumen, más allá de lo anecdótico, el incidente refuerza la idea de que el respeto a las normas no escritas en Japón es tan importante como las leyes formales.

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