Del cosplay al conflicto: el Comiket chino enfrenta su propio dilema histórico
📍Tōkyō | 1 de noviembre
Durante una convención otaku celebrada en China —similar al célebre Comiket japonés— una joven participante fue obligada a abandonar el recinto por el personal de seguridad únicamente por vestir un atuendo japonés inspirado en el anime Kimetsu no Yaiba (鬼滅の刃).
El hecho, registrado en video y difundido masivamente en la red social Weibo, generó indignación entre los usuarios chinos, quienes calificaron la medida como “excesiva” y “discriminatoria”. La joven, visiblemente desconcertada, explicó que su intención era rendir homenaje a la cultura del cosplay, sin contenido político alguno.
⚖️ Marco legal y contexto ideológico
En China, la Ley de Seguridad Pública (治安管理处罚法) y las normativas internas de eventos culturales otorgan amplias facultades a los organizadores y a los cuerpos de seguridad para “mantener el orden público” y “prevenir actos que atenten contra la moral o la identidad nacional”.
Sin embargo, no existe una prohibición legal explícita sobre el uso de vestimenta japonesa. Los casos de censura o expulsión suelen ampararse en interpretaciones locales de “comportamiento provocador” o “simbología inapropiada” derivadas del trauma histórico de la invasión japonesa (1931–1945).
Desde 2022, el gobierno chino ha reforzado las campañas de “educación patriótica” (爱国教育), y ciertos sectores interpretan la exhibición de símbolos japoneses en público como una ofensa a la memoria nacional.
En 2023, por ejemplo, una mujer fue detenida en Suzhou por vestir un kimono de estilo tradicional frente a un santuario, acusada de “alterar el orden público” y “provocar disturbios”.
🌐 Reacción en redes sociales
El caso fue tendencia bajo etiquetas como #中国版のコミケ y #ソーシャルネットワーク, alcanzando millones de visualizaciones.
Algunos usuarios defendieron el derecho de la joven a la libre expresión cultural:
“Vestir un kimono no te hace antipatriótica. Te hace parte de una comunidad global que ama el arte japonés”, escribió un usuario de Guangdong.
Otros, en cambio, justificaron la acción de los guardias señalando que “los espacios públicos deben respetar la sensibilidad histórica”.
Este choque entre el nacionalismo digital y la cultura otaku globalizada revela la tensión entre identidad, memoria y libertad en la China contemporánea.
🏮 Lectura sociopolítica
El incidente refleja el dilema entre control cultural estatal y apropiación creativa juvenil. Mientras el cosplay y el anime son consumidos masivamente por millones de jóvenes chinos, las autoridades y parte de la sociedad continúan asociando lo japonés con el “enemigo histórico”.
La paradoja es evidente: la cultura popular japonesa triunfa en China, pero su representación física puede ser castigada.

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