La música queda atrapada en el choque político entre Tokio y Pekín


📍Shanghái | 28 de noviembre


El telón no cayó: fue arrancado de golpe. La cantante japonesa Hamasaki Ayumi anunció la cancelación de su concierto en Shanghái, previsto para la noche del día 29, luego de recibir —según sus palabras— una “solicitud de suspensión” durante la mañana de ese mismo día.

La noticia no llegó por canales diplomáticos ni mediante conferencias de prensa oficiales, sino por una vía más íntima y directa: sus historias de Instagram.

No tengo palabras. Lo siento profundamente”, escribió la artista a sus seguidores, dejando además una frase que hoy resuena más fuerte que cualquier single: “No hablaré de asuntos sobre los que no tengo conocimiento”.

Una forma delicada, contenida y profundamente japonesa de admitir que el escenario no se apagó por razones técnicas, sino políticas.

La cancelación fue confirmada en China a través de plataformas de venta de entradas, entre ellas “大麦 (Damai)”, filial de la gigante tecnológica Alibaba Group, que informó a los compradores que la decisión se debía a “causas de fuerza mayor”. Sin mayor explicación pública, los reembolsos comenzaron a procesarse mientras el público quedaba suspendido entre la decepción y el silencio.

Detrás del “caso fortuito” aparece una realidad más áspera: el aumento de la tensión diplomática entre Japón y China, reavivada esta semana por las declaraciones de la primera ministra japonesa  Takaichi sobre la posibilidad de una crisis en Taiwán y su eventual encaje dentro de un “escenario de amenaza existencial (存立危機事態)” para Japón.

En Pekín, esas palabras no pasaron desapercibidas. Y en la industria cultural, la respuesta ha sido contundente: una oleada de cancelaciones de artistas japoneses en territorio chino.

El caso de Ayu no es una excepción: es el símbolo más visible de una política no escrita, pero aplicada con eficacia quirúrgica: cuando la diplomacia arde, la cultura se congela.

En Shanghai, una de las capitales culturales de Asia, la música japonesa ha pasado de llenar estadios a desvanecerse entre notificaciones frías de “evento cancelado”. No hubo sirenas. No hubo comunicados oficiales extensos. Solo pantallas en silencio, boletos inválidos y una frase que lo dice todo sin decir nada.

 

Mensaje


“Con respecto al concierto en Shanghái, por favor permítanme disculparme por tener que compartir una noticia sumamente dolorosa.

Hasta hoy, tal como en los conciertos anteriores, nuestro equipo japonés y chino —unas 200 personas en total— trabajó unido durante cinco días para terminar el montaje del escenario en Shanghái. Sin embargo, esta mañana recibimos de forma repentina una solicitud para cancelar el espectáculo.

No tengo intención de opinar sobre asuntos que están fuera de mis conocimientos.

Lo único que siento es una profunda tristeza por no haber podido permitir que actuaran las cerca de 100 personas del staff chino que entregaron todo por el escenario de Ayumi Hamasaki, así como los otros aproximadamente 100 integrantes —entre staff, bailarines y miembros de la banda— que cruzaron el mar desde Japón para llegar hasta aquí.

Y, por encima de todo, me duele no haber tenido la oportunidad de pedir perdón en persona a las 14 mil personas de TA (TeamAyu) que habían venido desde toda China, Japón e incluso desde muchos otros países.

Que esta escenografía tenga ahora que ser desmontada sin haber podido mostrarla al público, sin haber podido encontrarlos cara a cara para disculparme, es algo que todavía no logro creer. No tengo palabras. Lo siento profundamente.

En medio de estos sentimientos desordenados, sigo preguntándome si no hay absolutamente nada que yo pueda hacer… pero por ahora, les pido que perdonen que este comunicado sea todo lo que puedo ofrecerles en este momento”

Ayumi Hamasaki

 

 


⚖️ Marco legal


Cultura bajo control: cómo la ley china permite apagar escenarios sin decreto público

La cancelación de conciertos extranjeros en China no ocurre en el vacío. Existen herramientas jurídicas y regulatorias que permiten suspender eventos sin necesidad de órdenes públicas explícitas.

📌 Base Legal en China

  1. Ley de Administración de Actividades Culturales (文化管理条例)
    Otorga al Estado la potestad de:

    • Cancelar eventos “sensibles política o ideológicamente”.
    • Denegar permisos si la actividad “afecta la seguridad nacional o la estabilidad social”.
  2. Concepto de “Fuerza Mayor” (不可抗力)
    Usado como categoría legal amplia para:

    • Evitar litigios con artistas y productoras.
    • Encubrir decisiones políticas bajo lenguaje técnico.
  3. Regulación sobre Espectáculos con Participación Extranjera
    Exige autorización previa del gobierno local y central para:

    • Artistas no chinos.
    • Eventos con alcance mediático internacional.

 

📌 ¿Puede protestar el artista?

En la práctica:

  • No hay instancias efectivas de apelación.
  • Las empresas promotoras suelen aceptar la cancelación para:
    • Evitar represalias.
    • No comprometer futuras licencias.
  • El artista no puede litigar fácilmente en cortes chinas sin riesgo comercial o político.

 

🎭 Conclusión legal:

No es censura declarada, pero sí es control absoluto del escenario.

La ley cultural china funciona como un interruptor silencioso: no hace ruido, pero apaga luces.

 




©NoticiasNippon

Un comentario en «[ongaku] Ayu censurada en China»

Los comentarios están cerrados.

Copy Protected by Chetan's WP-Copyprotect.