KŌCHI.- El Observatorio Meteorológico Regional de Kōchi dio a conocer hoy sábado 23 de marzo que los cerezos en la ciudad de Kōchi han florecido.
Alrededor de las 4:00 p.m., se anunció que los cerezos Somei Yoshino han florecido en la prefectura ubicada en la región de Shikoku.
Esta floración ocurre un día más tarde que el promedio y seis días después que el año pasado, marcando la llegada de la primavera.
De esta manera, Kōchi se convierte en el primer lugar de Japón en presenciar la floración de los cerezos este año, algo que no ocurría desde 2018, siendo seis años desde la última vez.
Que la primera floración nacional ocurra a finales de marzo no se veía desde 2017, cuando tuvo lugar en Tokio el 21 de marzo.
Se espera que los cerezos de Kōchi alcancen su plenitud alrededor del 30 de marzo y que la temporada óptima para admirarlos continúe hasta principios de abril.
Además, se prevé que las lluvias previstas para el 24 de marzo en una amplia zona podrían promover la floración en todo el país, desde el oeste hasta el este de Japón.
En Tōkyō, se anticipa que los cerezos florezcan el 25 de marzo, al inicio de la próxima semana.
La definición de «día de inicio de floración» se refiere al día en que se observan más de cinco o seis flores abiertas en el árbol de referencia.
Por su parte, «el día de plena floración» se define como aquel en que más del 80% de los capullos en el árbol de referencia han florecido.
EL DATO
Aunque el Somei Yoshino es la especie más comúnmente observada en muchas áreas, en Okinawa se observan los cerezos Kanhi y en algunas partes de Hokkaido, los cerezos Ezo Yamazakura.
NO SE CONFUNDA
La distinción entre las flores de cerezo (sakura), ciruelo (ume) y melocotonero (momo) puede ser sutil, pero existen características distintivas para cada una, según la información proporcionada por la organización «Ii Hana» de Chishiki.
Aquí se detallan las diferencias principales entre estas tres populares flores de primavera en Japón:
Sakura – 桜 (Cerezo):
Los pétalos de las flores de cerezo tienen una forma distintiva, con una división en la punta que les da la apariencia de un corazón afilado.
– La corteza del cerezo es de un color rojo-marrón con una textura rugosa y patrones de franjas horizontales. Los troncos tienen muchos agujeros, produciendo un sonido hueco cuando se golpean.
– Las hojas del cerezo emergen después de que las flores se marchitan, generalmente en el inicio del verano.
– El pedúnculo de las flores de cerezo es largo y las flores tienden a colgar hacia abajo.
Ume – 梅 (Ciruelo):
– Las flores del ciruelo suelen tener pétalos redondeados.
– La corteza es más oscura y tiene una textura áspera.
– Las hojas aparecen después de que las flores se han ido.
– Las flores de ciruelo carecen de un pedúnculo verde largo y parecen adherirse directamente a las ramas marrones.
Momo – 桃花 (Melocotonero):
– Los pétalos de las flores de melocotonero son puntiagudos.
– La corteza es más clara y lisa, con posibles manchas.
– Las flores y hojas del melocotonero aparecen simultáneamente.
– El pedúnculo de las flores de melocotonero es corto, y comúnmente dos flores brotan del mismo punto, mirando en direcciones diferentes, lo cual les da un aspecto más vistoso comparado con el ciruelo, donde típicamente brota una sola flor de cada punto.
Además, se menciona el albaricoquero (anzu) que tiene flores similares al ciruelo y florece en la misma época. La corteza del albaricoquero, con patrones verticales, sirve como un punto de identificación.
Con respecto a los cerezos, se indica que existen alrededor de 10 especies nativas, con aproximadamente 100 variedades silvestres producto de la hibridación natural, y cerca de 300 cultivadas por humanos.
Identificar estas diferencias no solo ayuda a distinguir entre estas tres flores de la primavera, sino también a apreciar la variedad dentro de la especie de los cerezos.
A TENER EN CUENTA
El término en rōmaji para «桜開花» es «sakura kaika». Su significado en español es «la floración de los cerezos». Aquí, «sakura» significa «cerezos» y «kaika» significa «floración» o «florecimiento». Juntos, expresan el momento específico en que los cerezos empiezan a florecer, un evento culturalmente significativo y muy celebrado en Japón, marcando la llegada de la primavera.
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