PARÍS.- El 30 de julio, en los Juegos Olímpicos de Verano 2024, Nagase Takanori consiguió su segundo oro consecutivo en la categoría de -81 kg en judo, convirtiéndose en el primer japonés en lograr esta hazaña en dicha categoría.
Con esto, Nagase suma su tercer medalla olímpica consecutiva, después de obtener un bronce en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y un oro en Tokio 2021.
Esta hazaña lo coloca junto a leyendas del judo japonés como Tani Ryoko y Nomura Tadahiro, quienes también lograron medallas en tres ediciones consecutivas de los Juegos Olímpicos.
Desarrollo del torneo
En los cuartos de final, Nagase venció por decisión al número uno del mundo, Matthias Casse de Bélgica.
Luego, en la final, se enfrentó al campeón mundial Tato Grigalashvili de Georgia, quien había ganado el título mundial en tres ocasiones consecutivas. Nagase dominó el combate, obteniendo un «waza-ari» con una técnica de «tani-otoshi» cuando quedaban dos minutos, y luego asegurando la victoria con un «ippon» utilizando la misma técnica a falta de un minuto y doce segundos.
Preparación y determinación
Después de su victoria en Tokio, Nagase no se dejó llevar por la complacencia. Apenas un mes después de su triunfo, ya estaba de vuelta en el dojo, consciente de que solo tenía tres años para prepararse para París.
Esta actitud proactiva fue impulsada por una mezcla de satisfacción y una sana ansiedad por mejorar. Nagase mencionó que el deseo de revivir las emociones y la euforia que sintió al ganar en Tokio fue un gran motivador para él durante estos tres años de preparación.
Contexto de la categoría de -81 kg
La categoría de -81 kg en judo es conocida por ser altamente competitiva, especialmente porque se ajusta bien al peso promedio de los competidores europeos y americanos, quienes combinan velocidad y fuerza. Destacar en esta categoría, siendo un judoka asiático, resalta aún más la magnitud del logro de Nagase.
Reconocimientos y legado
Ono Shohei, compañero de equipo de Nagase y bicampeón olímpico, había declarado previamente que consideraba a Nagase como «el más fuerte». Este elogio, aunque lo llenó de alegría, también lo impulsó a demostrar que merecía tal reconocimiento a través de resultados concretos.
La victoria de Nagase no solo lo coloca en una posición destacada en la historia del judo japonés, sino que también sirve de inspiración para futuras generaciones de judokas. Su éxito demuestra la importancia de la perseverancia, la preparación y la constante búsqueda de superación personal.
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