TOKIO.- La reciente noticia sobre la Emperatriz Emérita Michiko ha generado preocupación en Japón debido a su avanzada edad y al historial de salud delicada que ha mantenido en los últimos años.

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Según el comunicado emitido por la Agencia de la Casa Imperial, Michiko, de 89 años, sufrió una caída el 6 de octubre en su residencia, el Palacio Sento, ubicado en los terrenos de Akasaka, Tokio.

Como resultado de esta caída, la emperatriz se fracturó el fémur derecho y será sometida a una cirugía el 8 de octubre en el Hospital de la Universidad de Tokio.

La fractura del fémur es una lesión especialmente grave en personas de edad avanzada debido a la fragilidad ósea que acompaña al envejecimiento.

En estos casos, el proceso de recuperación tiende a ser largo e involucra cirugía, hospitalización y un régimen de rehabilitación prolongada, lo que puede generar complicaciones adicionales.

La Agencia informó que la Emperatriz Michiko fue llevada al hospital tras experimentar un intenso dolor en la pierna derecha, lo que llevó al diagnóstico de la fractura tras una serie de pruebas médicas.

 

Fragilidad física

Este incidente ha traído a la luz la fragilidad física de la Emperatriz Emérita, quien ya ha enfrentado problemas de salud en el pasado.

En 2019, fue sometida a una operación por un cáncer de mama en una etapa temprana, lo que representó su última internación hasta el momento.

Esta caída y la fractura resultante marcan otro hito en el continuo deterioro de su estado físico, algo que ha generado gran preocupación entre el pueblo japonés.

El estado de salud de Michiko ha sido un tema de interés y atención en Japón no solo por su edad, sino también por el importante rol que ella y su esposo, el Emperador Emérito Akihito, han jugado en la modernización de la monarquía japonesa.

Desde su matrimonio en 1959, Michiko rompió con una tradición milenaria al ser la primera plebeya en casarse con un heredero imperial, lo que trajo consigo un cambio significativo en la percepción de la realeza en el país.

A lo largo de los años, ella y Akihito desarrollaron una relación más cercana con sus súbditos, lo que los hizo particularmente queridos por el pueblo japonés.

Su participación activa en la vida pública y en situaciones de crisis, como el terremoto y tsunami de 2011, ha consolidado su imagen como una pareja empática y cercana a la gente.

 

Renuncia

Akihito abdicó en 2019, siendo el primer emperador japonés en hacerlo en más de 200 años, lo que también puso fin a una era significativa de la monarquía japonesa.

Desde entonces, la pareja ha vivido una vida más retirada del ojo público, aunque su salud ha seguido siendo motivo de preocupación y atención mediática.

Michiko, que está próxima a cumplir 90 años el 20 de octubre, es madre del actual emperador Naruhito y del príncipe Akishino, y su papel en la historia contemporánea de Japón es ampliamente reconocido.

 

EL DATO

La operación a la que será sometida la Emperatriz Michiko ha generado incertidumbre sobre su recuperación, dado que las fracturas de este tipo en personas de su edad pueden traer consigo complicaciones significativas.

 



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