MAR-A-LAGO.- Donald Trump afirmó que su plan de deportación masiva de extranjeros indocumentados incluiría la repatriación de migrantes a sus países de origen, incluida Venezuela.

”Cuando un reportero le preguntó si había discutido estos planes con el gobierno venezolano, Trump respondió con firmeza que “los recibirán de vuelta. Todos los recibirán”, refiriéndose a los migrantes deportados.

Además, advirtió que, en caso de negativa, los países involucrados “enfrentarán duras sanciones económicas”.

 


Find ‘em, arrest ‘em, kick ‘em out.


Donald Trump ha planteado una postura firme sobre la inmigración ilegal en Estados Unidos, resumiendo su plan de deportación masiva con el lema: “Encuéntralos, arréstenlos, expúlsalos”.

Sin embargo, la realidad de llevar a cabo una operación de esta magnitud es considerablemente más compleja y costosa de lo que sus declaraciones sugieren.

La cifra de deportaciones que propone, hasta 13 millones de personas está muy por encima de cualquier precedente histórico.

Hasta ahora, Estados Unidos nunca ha deportado más de 500,000 personas en un solo año.


Obstáculos prácticos y financieros


Implementar un plan de esta escala no solo plantea desafíos logísticos y humanitarios, sino que requiere un presupuesto exorbitante.

Según el American Immigration Council, el costo estimado de deportar a 13 millones de personas es de aproximadamente 315 mil millones de dólares.


Para poner esto en perspectiva, esa cifra es seis veces mayor al costo del CHIPS Act de 2022, una iniciativa clave para revitalizar la manufactura de semiconductores en Estados Unidos.

Otras estimaciones elevan aún más el costo. En 2015, el American Action Forum, un think tank conservador, calculó que deportar a todos los inmigrantes indocumentados costaría entre 400 mil millones y 600 mil millones de dólares durante dos décadas.

Ajustado a la inflación de 2024, esto representa entre 540 mil millones y 810 mil millones de dólares.

 


Factores políticos y económicos


Aunque Trump ha declarado que el costo no es un impedimento, insistiendo en que no es cuestión de dinero” y que “no hay opción”, los miembros del Congreso podrían no compartir esa perspectiva.

Incluso los republicanos, que controlarán el Senado y la Cámara de Representantes, podrían mostrarse reticentes a aprobar el financiamiento necesario.

Esto se debe no solo a las implicaciones humanitarias y operativas, sino también al impacto que un gasto de esta magnitud tendría en el déficit nacional un tema ya preocupante para los mercados financieros.


Implicaciones sociales y económicas


Además del costo directo, la deportación masiva afectaría diversos sectores de la economía que dependen del trabajo de inmigrantes, desde la agricultura hasta la construcción y los servicios.

La abrupta eliminación de millones de trabajadores podría generar graves disrupciones económicas.

Asimismo, la implementación de medidas de vigilancia y detención necesarias para identificar y deportar a millones de personas podría incrementar las tensiones sociales y afectar los derechos civiles, generando un intenso debate público.

 


Conclusión


Aunque la retórica de Trump promete acciones rápidas y decisivas, la realidad sugiere que deportar a 13 millones de inmigrantes indocumentados sería un desafío monumental, tanto en términos logísticos como financieros.

Además, el apoyo político necesario para implementar este plan podría enfrentar serias limitaciones, especialmente considerando los costos históricos y los riesgos económicos asociados.

 


EL DATO

La propuesta, aunque simbólicamente poderosa para ciertos sectores de su base electoral, parece improbable de concretarse en su totalidad.

 




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